vitoria. Acostumbrado a hacerse con las piezas más codiciadas del mercado, el Barcelona no deja de coleccionar fracasos en unas negras últimas semanas donde todos los objetivos de Joan Creus y Xavi Pascual se le escurren de las manos. Las ambiciosas apuestas por Bogdanovic, Papanikolau y, sobre todo, Spanoulis han desembocado en un epílogo infeliz, algo que le obliga a dar algún golpe de efecto cuanto antes para contentar a un entorno cada vez más preocupado por la falta de fichajes. En este sentido, Nemanja Bjelica se mantiene como una prioridad de la secretaría técnica para apaciguar los ánimos. Hasta el punto de que el Baskonia se muestra esperanzado en que el ogro catalán eleve su oferta por el cuatro balcánico para mitigar tanto sinsabor.

Querejeta no está dispuesto a malvender a un jugador por el que abonó en su día unos 700.000 euros al Benetton de Treviso. Aunque Nemanja se ha estancado por completo y no ha sido ni de lejos la estrella rutilante que todos aguardaban durante sus tres años de militancia en el Buesa Arena, el dirigente lazkaotarra es consciente de que tiene el mango de la sartén en la mano para reclamar el importe casi íntegro de la cláusula de rescisión, fijado en cerca de 1,5 millones de euros para los conjuntos europeos y algo menos para la NBA. Sin embargo, las proposiciones procedentes de la Ciudad Condal y del Fenerbahce no colman las expectativas alavesas.

Todos los indicios apuntan a que el Barcelona, consciente de que la llegada de Obradovic a la capital turca ha alterado la predisposición inicial del internacional plavi a vestir la elástica blaugrana una vez evaporado el sueño de la NBA, pujará con más fuerza para satisfacer uno de sus grandes objetivos para la próxima temporada. En caso contrario, corre el riesgo de sufrir un nuevo contratiempo en la carrera por conformar un plantel que siga plantando cara a los rivales más temibles del Viejo Continente. Del titánico pulso entre turcos y catalanes espera sacar tajada un Laboral Kutxa obligado a liberar masa salarial y prescindir de una de las fichas más elevadas. El estancamiento de Nemanja Bjelica ha sido la gota que ha colmado el vaso para tomar la decisión de abrir la puerta a un jugador que ha decepcionado en todos los sentidos.