a Walter Hodge no le da miedo el reto que supondrá para él cambiar la camiseta del Zielona Gora, un equipo pujante -en gran parte gracias a su aportación- de la PKL polaca para hacerse un hueco en el vestuario del Laboral Kutxa. Al contrario, el base puertorriqueño lleva años esperando que uno de los principales equipos del Viejo Continente le conceda una oportunidad. Jugar en la ACB y la Euroliga se convirtió en una referencia axial en su cuaderno de bitácora. Y en Vitoria puede encontrarla si, como ya avanzó ayer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, se plasma sobre un papel el acuerdo ya cerrado entre su representante y el Baskonia.
Hodge, quizá la respuesta a las incómodas preguntas que ha generado la elección de timoneles desde la marcha de Pablo Prigioni, se convertirá en la primera piedra sobre la que Josean Querejeta sustentará esa plantilla de ensueño con la que el próximo curso aspira que el cuadro azulgrana vuelva a tutear en todas las competiciones a los grandes trasatlánticos europeos. El timonel nacido en Guaynabo, de 26 años, se comprometerá por dos temporadas, según precisó ayer en su edición digital la revista Gigantes, y llegará para aportar anotación y consistencia, dos de las virtudes que le han permitido destacar sobremanera en la pasada edición de la Eurocup, donde finalizó como máximo anotador y segundo jugador más valorado.
Se trata de un jugador especial, un base que marca la diferencia y que pedía a gritos una oportunidad en un equipo importante de la Euroliga -clubes como Panathinaikos, Armani Milán o Valencia Basket tantearon su situación-, como pueden confirmar aquellos que le han sufrido en sus carnes. "Llama la atención porque es un jugador que a primera vista se percibe sobre la cancha que es diferente", asegura en declaraciones a este periódico, Diego Ocampo, el segundo entrenador del Cajasol, equipo al que el Zielona Gora se midió en la segunda fase de la Eurocup.
"Tiene una gran capacidad para generar sus propios tiros pero también para crear ventajas para sus compañeros. Es un generador de ventajas", añade el asistente de Aíto García Reneses, que fue el encargado de realizar los informes previos que el base puertorriqueño dinamitó en dos partidos en los que le endosó al conjunto hispalense un total de 58 puntos. "Preparas los informes, pero luego la cosa se decide en la pista. Hodge dominaba los partidos. Su equipo lo notaba mucho cuando se marchaba al banquillo. Es un jugador con mucha presencia en cancha", adhiere Ocampo, con experiencia también como técnico en las categorías inferiores de la selección.
El preparador gallego, ante todo, destaca el apetito competitivo de Hodge, sus ansias por crecer, un aspecto que puede resultar determinante a la hora de afrontar un cambio tan radical como el que puede experimentar, como todo hace indicar, si acaba enfundándose la elástica azulgrana el próximo verano. "Sin duda. Es un gran competidor", afirma sin ambages.
Hodge es, a su juicio, un jugador muy completo. Más allá de sus estadísticas en cuanto a anotación y asistencias, "es un jugador que conoce muy bien el juego". "Es muy rápido. Es un gran anotador y marca el ritmo. Muy completo tanto en ataque como en defensa. Conoce bien el juego", alaba Ocampo.
Todas estas virtudes resultan muy atractivas, pero ha habido otros que han tomado el mismo camino, han asumido el reto que les presentaba el combinado baskonista y han naufragado. En esta tesitura, resulta obligado hacerse la eterna pregunta. ¿Estará capacitado para ofrecer un rendimiento similar en los niveles de exigencia que plantea el Laboral Kutxa? Ocampo no tiene ninguna duda: "Está claro que el Baskonia juega aspira a grandes metas y creo que aparentemente debería rendir al máximo nivel. Pero eso, claro está, depende de muchos factores. La adaptación siempre es un riesgo", zanja.