vitoria. El Baskonia obtuvo ayer otra pequeña victoria moral en la lucha en la que se ha embarcado para conseguir que se eliminen los arbitrajes sospechosos de la Euroliga y, de paso, más argumentos que permitan atenuar la sanción que aún se espera por el lanzamiento de objetos que se registró en el cuarto partido de la serie de cuartos de final ante el CSKA. El propio presidente del organismo que rige los designios de la máxima competición continental reconoció en público su malestar por la labor del trío de colegiados que dirigió aquel encuentro de infausto recuerdo. Bertomeu, en el seno de un desayuno informativo al que estaban invitados los medios de comunicación, no señaló de manera directa a Christodoulou, Ankarali y Vojinovic. Ni siquiera hizo mención al partido concreto. Pero sí lanzó un mensaje claro cuando se le cuestionó en torno a la polémica generada en otra de las eliminatorias de cuartos, la que enfrentaba al Barcelona y el Panathinaikos.

"El Panathinaikos, como club miembro, tiene derecho a criticar, pero debe atenerse a las reglas y no lo ha hecho. ¿No resulta ridículo hablar de teorías conspirativas contra el equipo que ha ganado más veces el título en la historia de la Euroliga?", replicó. "Estamos satisfechos con el nivel de arbitraje en general, salvo por un partido concreto, y no había ningún equipo griego implicado", manifestó el máximo dirigente de la Euroliga. Y ese partido, nadie lo dudaba, era el que significó la eliminación continental de un Laboral Kutxa que es muy probable que de no haber sufrido el bochornoso arbitraje que padeció tampoco habría sido capaz de imponerse al todopoderoso combinado moscovita.

Las palabras de Bertomeu vienen a refrendar la medida con la que la Euroliga ya dio la razón de facto al Baskonia la pasada semana. La decisión del comité arbitral de dejar fuera de la Final Four a Christodoulou y Ankarali, dos colegiados habituales en esta cita, significó un primer aval para el club vitoriano, al margen de que la Euroliga, siguiendo su política habitual, se resistiera a hacer pública la sanción a los árbitros. En realidad, el mismo día de actos, cuando los ojos de media Europa pudieron asistir a través de la televisión al bochornoso espectáculo arbitral, tanto Bertomeu como su equipo tomaron nota de lo sucedido.

El presidente de la Euroliga, de hecho, ayer hizo en público lo que con anterioridad había hecho en privado. Desde las oficinas del Buesa Arena, sobre todo a raíz de las conversaciones a tres bandas que Baskonia, Real Madrid y Barcelona mantuvieron para exponer su preocupación ante el peligro potencial de los arbitrajes, ya se habían establecido contactos. Querejeta remitió una misiva en la que se hacía constar el malestar que quedó tras aquel partido, en principio para que se tuviera en cuenta lo sucedido a la hora de establecer sanciones. Y Bertomeu ha respondido a la confianza del máximo dirigente baskonista, que se mostró muy comedido en sus declaraciones.

la 'final four' de 2014 Quién sabe si esa buena relación y la discreta respuesta de Querejeta al atropello que sufrió su equipo acaban teniendo recompensa a corto plazo. Anteayer el dirigente azulgrana volvió a insistir en su deseo de que la Euroliga conceda la organización de una Final Four a Vitoria, al margen de recordar la "deuda histórica" que mantiene la competición con el Baskonia. Ayer, Bertomeu, asediado por la pésima respuesta en cuanto a público que ha tenido la presente Final Four, dejó en el aire la sede para el próximo curso.

"Hay muchas cosas a tener en cuenta. El O2 es el pabellón más ocupado de Europa y el año próximo habría que celebrarla el 31 de mayo y 1 de junio, que coincidiría con el play off de las ligas nacionales". La carrera de Vitoria para organizar la próxima edición de la Final a Cuatro ya ha empezado.