vitoria. Sólo un equipo tan imprevisible y variante como el Caja Laboral de la presente campaña resulta capaz de provocar oscilaciones anímicas como las que se han registrado en apenas unos días en Vitoria. De la euforia que provocó la clasificación para los cuartos de la final de la Euroliga a la desilusión con la que se acogieron los duros correctivos que recibieron los jugadores azulgranas en Moscú transcurrió sólo una semana. Y cuatro días más han bastado para que la plantilla de Zan Tabak vuelva a rearmarse anímicamente para afrontar el tercer duelo de la serie, que se celebrará esta tarde, en esta ocasión bajo el manto protector del Fernando Buesa Arena.
El combinado baskonista vuelve a aferrarse al embrujo de su afición y al carácter otrora mágico de su feudo para buscar lo que ahora sí se antoja como un milagro de dimensiones mayúsculas. Pero habrá pocos escenarios y pocos equipos que a lo largo de la historia hayan sido capaces de desafiar con mayor temeridad las leyes de la lógica.
Zan Tabak se ha visto obligado a ejercer de psicólogo estos últimos días. El equipo, al menos hasta esta noche, sigue vivo, pero la enorme superioridad exhibida por el CSKA en los dos primeros capítulos de la serie arrojó la impresión de que, en este caso, hay más vida que esperanza, tanto dentro del vestuario como entre los incondicionales del baskonismo. Aun así, cuenta este equipo con una estadística que invita a pensar que la serie se prolongará al menos hasta el viernes. Por muy potente que sea el rival, nunca nadie ha sido capaz de imponerse cuando cualquier eliminatoria de Euroliga vivía su primer partido en la capital alavesa. Y con esa idea en mente, siquiera por mostrar el orgullo y la entrega que demanda la afición, el equipo saltará a la cancha con la intención de prolongar una eliminatoria que se complicó mucho más de lo previsto en el Universal Sports Hall.
No bastará, sin embargo, con incrementar las dosis de testosterona y entrega. Ante el CSKA el Baskonia debe oponer argumentos mucho más sólidos. Y en esa materia deberá centrarse un Zan Tabak que en los dos primeros enfrentamientos se vio incapaz de ofrecer soluciones alternativas para cambiar el paso que fijó el veterano y experto Ettore Messina. Con lo de siempre, ha quedado claro, no vale para hacer que el gigante ruso se tambalee. Queda por ver si el técnico croata, que hasta llegar a este punto ha exhibido una sorprendente capacidad, da con la tecla que siembre algunas dudas en el todopoderoso oponente, sin duda uno de los grandes favoritos para acabar haciéndose con el título.
A este Caja Laboral se le habrán podido poner muchos peros. Más allá de su irregularidad, la escasa fiabilidad que desde que arrancó el curso han mostrado sus timoneles y la endeblez que en ocasiones padece bajo los aros, existe un aspecto que debe colocarse en su haber: ha sabido dar la cara y salir airoso en las situaciones más extremas, cuando se encontraba acosado, sin margen de error. Este colectivo se ha doctorado en el arte de escapar cuando se ha visto entre la espada y la pared. Ahora el filo comienza a arañar su pecho y su espalda se comprime contra el muro.
No existen más oportunidades. Se trata de ganar o morir. Una victoria, al margen de una importante inyección económica en forma de taquilla, supondría recuperar la esperanza, latente pero no extinta, de poder dar la campanada. Perder hoy, sobre todo tras las dos contundentes derrotas de Moscú, representaría un duro golpe a la moral de una plantilla que pelea por demostrar que no se encuentra tan lejos en cuanto a nivel de los grandes clubes continentales.
"Son muy buenos, pero no sé si hay tanta diferencia como la que se ha visto en Moscú", manifestó el lunes Andrés Nocioni, líder espiritual de un equipo que debe morder. "En casa podemos ganar los dos partidos", apuesta el Chapu, que a buen seguro volverá a dar el máximo para perseguir ese tercer milagro continental que ahora se aprecia tan distante. Otras piezas tendrán que mejorar sus prestaciones respecto a anteriores citas. El Buesa Arena empujará para que hoy la irregular orquesta azulgrana afine como en las grandes noches.