Vitoria. Era el de ayer uno de esos partidos de transición en los que tanto Zan Tabak como la afición confiaba en que la calidad de los jugadores menos habituales bastara para doblegar a un rival menor. Pero al final el técnico croata se vio obligado a echar mano de todas las piezas, incluidas las que parecía dispuesto a reservar con vistas a Moscú, para cerrar una victoria que no se decidió hasta el último minuto. Aun así, hubo vida en la segunda unidad del equipo azulgrana. Fabien Causeur, Milko Bjelica y Tibor Pleiss dieron la cara hasta que apareció Nacho Martín.

El quinteto inicial que dispuso Tabak ofreció un buen rendimiento en un arranque de partido que ofreció la equivocada impresión que de iba a ser una tarde plácida. Fabien Causeur, San Emeterio, Milko Bjelica y Tibor Pleiss, bien dirigidos por Omar Cook, obtuvieron unas primeras rentas que parecían definitivas pero que a la postre se marcharon por el sumidero conforme avanzaban los minutos. Causeur, que ya brilló en Málaga, mostró una fortaleza mental y un hambre que otros compañeros no tuvieron y aportó piernas y oxígeno a un plantel ayer, de nuevo, muy apático.