vitoria. Hay derrotas tras las que a los entrenadores y jugadores les cuesta un mundo salir a dar explicaciones. No porque no quieran, sino porque en ocasiones es complicado dar con la frase adecuada para expresar los motivos. Ayer Zan Tabak se encontraba en esta situación. Enfadado por el golpe sufrido en el Palau, el entrenador azulgrana no quiso sin embargo focalizar demasiado su discurso en el juego de sus pupilos. Probablemente porque tampoco tenía demasiadas pegas que exponer, salvo los errores de un tramo final en el que el Caja Laboral pudo haber apretado un poco más a los culés.
"Cometimos demasiados fallos al final, cuando estábamos en partido y podíamos haberlo ganado. Además durante el encuentro nos ha costado controlar el rebote y hemos fallado muchísimas bandejas. De haberlas metido podíamos haber sumado entre diez y quince puntos más", aseguró Tabak en sala de prensa antes de asumir que, pese a que su equipo no había cuajado un mal encuentro, "con este juego no es suficiente para ganar en el Palau Blaugrana contra un Barcelona que ha jugado bien".
"Se necesita mucho más. Nos ha faltado rebote, que es un aspecto que esperábamos haber podido controlar de forma más sencilla hoy", lamentó el técnico. Aunque el triunfo en tierras catalanas se anticipaba fundamental para perpetuar las esperanzas del Baskonia de cara a los cuartos de final, Tabak quiso subrayar que no todo está perdido. Si los vitorianos logran imponerse en Moscú al Khimki -la escuadra rusa sólo ha perdido un choque en su feudo en esta Euroliga- y al Montepaschi en la capital alavesa, la clasificación para el Top 8 quedaría a expensas de los resultados de sus rivales directos en esta pugna por el billete. "Dependemos de otros resultados, pero espero que sí lo consigamos. Para empezar intentaremos ganar en Rusia", incidió el entrenador.
Por su parte, Xavi Pascual salió a la palestra para, además de felicitarse por la victoria, explicar lo sucedido durante el descanso con Pete Mickeal. En una escena que las cámaras de televisión recogieron en primer plano, el alero norteamericano se dirigió como un rayo hacia su técnico justo antes de entrar en el vestuario visiblemente enojado por una decisión previa del preparador culé durante el choque y que, según Mickeal, había sido una falta de respeto. "Las ganas de competir hacen que a veces pasen cosas como lo que ha pasado con Mickeal. No hay que darle más importancia de la que tiene, más allá de lo que suceda a nivel interno. Me quedo con la primera plaza del grupo y con haber ganado al Caja Laboral", zanjó Xavi Pascual.