vitoria. Hay días en los que un equipo gana pero su entrenador monta en cólera, y otros en los que pese a caer derrotados todo son halagos para sus jugadores. El pasado viernes en Estambul Tabak tuvo uno de los primeros. Ayer, frente al Real Madrid, uno de los segundos. "Estoy muy contento por cómo ha jugado el equipo y por cómo ha reaccionado. Sé que nuestro trabajo se valora por victorias y derrotas, pero la mayor parte del partido hemos estado bien, compitiendo. El otro día salí cabreadísimo por el segundo tiempo contra el Besiktas. Hoy hemos perdido pero estoy contento", aseguró el entrenador azulgrana. Menos crítico que de costumbre, Tabak llegó incluso a recurrir a un argumento que habitualmente es un tema tabú para cualquier entrenador: el cansancio. "No suelo decir nunca esto pero hoy estábamos cansados. En el segundo tiempo se notaba que no llegábamos. Cuando juegas contra un equipo de nivel medio este cansancio no se nota, pero contra el Real Madrid sí se nota", apuntó un Tabak que tiró de ironía al ser cuestionado por la actuación de los tres colegiados presentes ayer en el Buesa Arena.
"¿Me habéis oído alguna vez comentar arbitraje? No voy a dar ninguna opinión. Mientras sea el entrenador de este equipo voy a intentar no comentar nada del arbitraje, al menos hasta cuando pueda", deslizó. Especialmente satisfecho con el trabajo de sus hombres, Tabak quiso también restar importancia a algunos errores, como la falta de puntería en el tiro libre. "Tengo la sensación de que hemos cometido algún fallo defensivo, pero ellos han metido grandes canastas. Nuestra defensa ha sido buena mientras teníamos energía, luego en la segunda parte no ha sido tan buena", incidió.
Poco después de que Tabak abandonara la sala de prensa, Fernando San Emeterio salió a la palestra para mostrar su arrepentimiento por la inesperada explosión de rabia que protagonizó en los segundos finales cuando los árbitros no señalaron una falta de Rudy en la entrada a canasta del cántabro. "Me he calentado mucho al final y quizás se me va la olla. Es difícil que a mí se me vaya, pero se me ha ido. Quiero pedir perdón a los árbitros porque lo que he hecho no se puede hacer. Les he echado a la gente encima y quiero pedirles perdón por eso. Creo que sí me hacen falta en una jugada clave pero lo dejo ahí. En Vitoria la gente sabe mucho de baloncesto y han podido ver lo que ha ocurrido", zanjó.