vitoria. "Espectacular trabajo de todo el equipo. Envidia sana de que en este país se viva tanto el baloncesto", escribió Rudy Fernández en su cuenta de twitter nada más llegar al vestuario al término del partido entre el Real Madrid y el Zalgiris, saldado de forma agónica a favor de los blancos (104-105) después de una prórroga. El escolta mallorquín se recomponía de los achaques en su rodilla izquierda que le impidieron disputar los últimos minutos del choque correspondiente a la décima jornada de la Euroliga, sin saber lo que le esperaba minutos más tarde cuando dos hinchas lituanos le atacaron en la galerías del pabellón.

Varios medios locales identificaron a los agresores como los gemelos Maciai, de 41 años. Ambos son seguidores radicales del Zalgiris, fácilmente reconocibles por su cabeza rapada y sus innumerables tatuajes. Agentes de la seguridad lituana lograron detener a uno de ellos, mientras que el segundo escapó pese a que alguno de los compañeros de Rudy le persiguió sin éxito. Ocurrió la noche del jueves y ayer la Euroliga anunció la apertura de una investigación para esclarecer lo ocurrido.

Hacía semanas que los 15.010 espectadores que poblaban las gradas del Zalgirio Arena de Kaunas habían convertido a Rudy Fernández en el enemigo público número uno. El pasado 11 de enero, en el partido que ambos equipos disputaron en el Palacio de los Deportes de Madrid, el escolta mallorquín protagonizó una tangana con Jankunas. Tras recibir un empujón por la espalda, el balear prolongó el pique y cuando puso el tapón decisivo que cerraba el 75-74 para la victoria blanca se encaró con el cuatro del Zalgiris en actitud desafiante. Antes, también había lanzado un balonazo a la cabeza a uno de los hermanos Lavrinovic. Consideradas sendas afrentas, dichas acciones fueron el eje de una campaña orquestada por los hinchas del Zalgiris. "Defendimos el orgullo de nuestro país", justificaron ayer los agresores.