Hace ahora 515 años, a mediados de 1497, Leonardo da Vinci acabó de inmortalizar sobre una pared del refectorio de Santa María delle Grazie, en Milán, una de sus obras maestras. El enorme mural, abierto al público, representa a Jesucristo reunido a la mesa junto a sus doce apóstoles en el momento en el que les comunicaba que uno de ellos le traicionaría para entregarlo a los romanos. Sergio Scariolo, que ni nació ni vive ahora demasiado lejos del convento que aún resguarda esta pintura, está asistiendo a su propio cenacolo en estas últimas semanas. La diferencia es que al técnico del Armani Jeans no parece haberle traicionado uno de sus discípulos sino varios.
La prensa italiana se hacía eco ayer de los movimientos que se han producido en el seno del vestuario milanés para tratar de forzar la marcha del técnico de Brescia. Se ha hecho público incluso que varios de los jugadores habían tratado de cerrar una entrevista con la directiva del Olimpia para precipitar la destitución del también seleccionador español, para el que el arranque de curso se está convirtiendo en un auténtico calvario.
La sonrojante derrota ante el Umana Venezia en la última jornada de la Serie A, donde el combinado lombardo se encuentra fuera incluso de las posiciones de play off con un balance de tres victorias y cuatro derrotas, fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la directiva, que incluso ha filtrado que Fabrizio Frates, su asistente, asumiría el mando en el caso de que Scariolo fuera finalmente destituido. Así lo confirmaba la web Sportando, que también recogía un rumor que se ha esparcido como la pólvora y que habla de la posibilidad de que los gestores del adinerado conjunto transalpino hayan iniciado conversaciones con Zeljko Obradovic para que se haga cargo de la nave. En todo caso, añade esta misma web, la directiva del Olimpia le habría dado al antiguo técnico baskonista el plazo de un mes para revertir la situación y salvar su puesto de trabajo.
Obradovic como sustituto No parece una situación cómoda. Con esa aparente fractura entre técnico y jugadores y el nombre del laureado Obradovic sobrevolando el Mediolanum Forum, a Scariolo sólo le queda una bala para tratar de demostrar que es la persona indicada para continuar en el puesto a los mandatarios de un club que ha hecho una apuesta muy ambiciosa sin recibir aún ninguna contraprestación. Se la jugará al todo o nada en la Euroliga, donde tras comenzar con dos victorias su equipo también se ha ido desinflando hasta convertirse en uno de los principales rivales del Caja Laboral en la pelea por eludir una de las dos últimas plazas del grupo.
Aun asumiendo que el cuadro baskonista tiene la mayor parte de sus problemas de puertas para adentro, al menos hasta que Ivanovic consiga dotar de solidez y despojar de esa desesperante irregularidad al equipo, parece claro que puede sacar partido a las aguas revueltas que bajan por el río Olona. Entretanto, a Scariolo le aguarda la ingrata labor de trabajar junto a un grupo que sabe que le ha traicionado y que quizá ya no crea en él. No pinta bien la cosa. Aunque todavía sigue sentado a la mesa.