Vitoria. La fama de Dusko Ivanovic traspasa fronteras. La exigencia que el técnico montenegrino imprime en los entrenamientos, su carácter en ocasiones inflexible, su afán por exprimir al máximo a sus jugadores, su decálogo baloncestístico, puede erigirse en un repelente para los acomodados, un motivo de huida para los cobardes. Pero también supone un atractivo para los jugadores más valientes, para los jóvenes sedientos de gloria, como Fabien Causeur.
El escolta galo, que el pasado año recibió el galardón como mejor jugador nacional de la ProA francesa, no tiene reparos en confesar que llega a la capital alavesa con la intención de "dar un paso adelante" en su carrera. Tras haberse limitado a calentar el banquillo de la selección de su país durante los pasados Juegos Olímpicos, Causeur necesita seguir progresando. Y concibe a Ivanovic, cuya reputación de técnico intransigente ya tenía en cuenta antes de su fichaje, como el más indicado para ayudarle a continuar con su progresión.
"Con la selección francesa no me sentí importante, y creo que venir a Vitoria me ayudaré a mejorar", reconoce Causeur, cuyos primeros contactos con el preparador balcánico han confirmado unas sensaciones que casan con lo que estaba buscando. "Dusko es duro, pero ya me preparé mentalmente antes de venir. Cuando supe que iba a fichar me dije: 'De acuerdo, Fab, sabes que va a ser duro, pero tienes que responder'. Y sí que es duro, pero es justo lo quiero. Quiero progresar, crecer", reitera el exterior francés.
Causeur forma parte del trío de jugadores con escaso nombre por los que la directiva azulgrana ha decidido apostar este verano en su afán por dar un giro en una coyuntura de mercado tremendamente complicada. Junto a él han llegado un base que también brilló en Francia, Taylor Rochestie, y el alemán Tibor Pleiss, un pívot que optó por Vitoria pese a las ofertas que le llegaron de franquicias de la NBA. Del acierto de estas apuestas puede depender en gran medida el éxito coral de un equipo que pretende volver a pelear por los títulos.
El escolta galo, sereno en el discurso pero ambicioso cuando se habla de metas, no tiene dudas de que el nuevo Caja Laboral recuperará la senda de los títulos. Al menos, asevera, él empujará para que así sea. "He llegado a un equipo puntero del continente y creo que es una gran oportunidad para mí. Tenemos un gran equipo y confío en que podremos ganar muchos partidos", asegura. Al menos a priori, da la impresión de que no le asusta el reto al que debe enfrentarse. "Cuando llegas a un gran equipo tienes que asumir más presión. Pero para eso estamos trabajando en pretemporada. Queremos llegar en un gran estado de forma, hacer equipo, ganar partidos y traer títulos a Vitoria. Sé que mucha gente volverá a ilusionarse con las posibilidades de nuestro equipo, y estoy encantado con eso. Porque queremos responder. Y yo voy a luchar para lograrlo", sentencia.
Aunque todavía la nueva temporada no ha levantado el telón, resulta evidente que alcanzar esas metas no será en absoluto sencillo. La brecha presupuestaria con los dos clubes futboleros se ha abierto aún más. Hay quien habla de una ACB de tres velocidades, con un Baskonia incrustado como cabecilla de los equipos que descansan en el segundo nivel.
adicto a la presión En esta tesitura, ambicionar objetivos en principio reservados para Barcelona y Real Madrid puede añadir una dosis adicional de presión que a Causeur parece gustarle. Dice que le ayuda a mejorar. "Siempre tienes un poco de presión cuando juegas. Pero creo que es una presión positiva. A mí me gusta esa presión, me ayuda, me permite estar plenamente concentrado todo el partido. Así que por mí, perfecto", expone un Causeur que tuvo opción de fichar por otros equipos.
Su contratación, de hecho, levantó algunas ampollas en Bilbao, donde se daba por hecho que iba a convertirse en nuevo jugador del Gescrap Bizkaia. Al final, a pesar de que las conversaciones estaban bastante avanzadas, pesó más la ambición y la posibilidad de militar en las filas de un equipo que ha estado entre los grandes del continente durante la última década, la opción de mostrarse en el escaparate de la Euroliga. Y también la opinión de una serie de consejeros que conocían la casa azulgrana. Sobre todo la de un mito como Laurent Foirest, un espejo para Causeur en su nueva etapa.
"Sí, es cierto. Llamé a Laurent Foirest antes de firmar. Además estuve hablando largo y tendido con Kevin Seraphin y con Florent Pietrus. Me contaron muchas cosas buenas acerca del pabellón, de la ciudad. Desde hace muchos años he podido ver partidos del equipo en televisión, desde que era un niño", confiesa un Causeur que, de inicio, tiene muy claro cuál debe ser su papel en el equipo. "Voy a aportar mucha energía. Brad es un gran tirador y está asentado. Trataré de aportar mucha energía desde el banquillo y ser muy agresivo en ataque. Lo que quiero es luchar por ganar partidos. Creo que eso es lo que los aficionados esperan de mí", afirma. A buen seguro, también es lo que quiere un Ivanovic que puede sentirse satisfecho por la actitud que los refuerzos están mostrando en estos albores del curso.