Vitoria. Maciej Lampe ha encendido definitivamente las alarmas. Cuando todo hacía indicar que el origen de los problemas que le han impedido tomar parte en el reciente Preeuropeo estaba localizado en su malherido tobillo derecho, lesionado en el transcurso de la última semifinal liguera entre el Baskonia y el Real Madrid, el club vitoriano sorprendió ayer a propios y extraños al desvelar otra clase de contratiempo que, en principio, reviste una mayor gravedad a la espera del diagnóstico definitivo que dictaminen los galenos. El poste polaco padece una protusión discal L4-L5 que, a corto plazo, tiñe de sombras su presencia en el estreno liguero de finales de mes en el Príncipe Felipe de Zaragoza y, lo que es peor, puede alejarle de las canchas durante un tiempo prudencial.

La entidad alavesa evitó ayer fijar el tiempo que permanecerá de baja, ya que Lampe regresó de urgencia el pasado miércoles a Vitoria al no remitir los dolores en la zona lumbar y ayer comenzó a someterse a un exhaustivo chequeo médico tras el cual se actuará en consecuencia. Su ausencia del reciente Preeuropeo, donde no actuó ningún minuto con Polonia, se había interpretado como una mera cuestión de precaución después de que padeciera un fuerte esguince de tobillo en la pelea por un puesto en la final liguera ante los blancos. Tras el comunicado azulgrana, la realidad es otra mucho más delicada, ya que el peligro de una hernia discal siempre flota en el ambiente cuando el afectado es un hombre de una importante complexión física -210 centímetros- y rígido en sus movimientos.

Y es que la protusión discal constituye un percance habitual en jugadores de talla espigada. De hecho, uno similar ya afectó a otro integrante azulgrana en abril de 2010. Stanko Barac estuvo en aquella ocasión fuera de combate apenas dos semanas, un mínimo margen de tiempo que ahora se acogería con los brazos abiertos. Una vez las pruebas suplementarias a las que se está sometiendo Lampe aclaren con más exactitud la dolencia, el Baskonia deberá determinar el tipo de tratamiento que adopta para uno de los jugadores capitales de su proyecto, que no gana para sobresaltos desde que se oficializara su desembarco en el Fernando Buesa Arena. Su grave lesión de cadera sufrida la pasada pretemporada, que le mantuvo inactivo hasta febrero de este año, ya trastocó los planes de Josean Querejeta y Dusko Ivanovic.

'agujero' en la zona Como suele suceder en estos casos, sólo caben dos caminos para el cinco nacido en Lodz. Uno conservador que implica unas altas dosis de riesgo al poder agravarse la lesión en cualquier instante con la carga de partidos y uno más radical consistente en la operación. En este caso, el Baskonia debería despedirse de su referente interior durante un tiempo considerable. De momento, las alarmas ya se han encendido, ya que la pintura es, de largo, la demarcación más vulnerable en estos albores de curso.

Con Tibor Pleiss y un renqueante Milko Bjelica -se perdió los últimos compromisos del Preeuropeo por unos dolores en la rodilla- recién incorporados al grupo, Ivanovic no posee un excesivo margen de maniobra. El técnico montenegrino, que pretende alternar en el puesto de cuatro a Nemanja Bjelica y Nocioni ante la falta de un recambio para Teletovic, cuenta con los temporeros (Milosevic y Hernández-Sonseca) cuya fecha de caducidad carece de dudas. Huérfano de Lampe, vuelve a cobrar fuerza la posibilidad de que el Caja Laboral acuda al mercado para reforzar una posición en la que parte en clara desventaja con respecto a otras potencias de Europa.