Vitoria. En este Caja Laboral que acaba de decir adiós a una temporada de mínimos y plagada de sombras, pocos baloncestistas como Pablo Prigioni han respondido a las expectativas y brillado con luz propia dentro de una plantilla susceptible de experimentar una brusca remodelación en este mercado estival. Su regreso procedente del Real Madrid fue puesto en tela de juicio por un amplio sector de un baskonismo de uñas por sus polémicas declaraciones del pasado, pero el timonel argentino evidenció sobre la pista que todavía conserva la magia y un cerebro privilegiado para ser uno de los mejores bases de Europa. Su posible continuidad en la capital alavesa constituye uno de los principales asuntos encima de la mesa para Josean Querejeta, inmerso en la actualidad en un pertinente periodo para la reflexión. De no ser por la avanzada edad que marca su DNI, el asunto habría quedado zanjado hace tiempo.
Mientras el club sopesa en estos momentos los muchos pros a favor de su permanencia, el implicado en cuestión tiene claro a lo que aspira con el aval de que no le faltarán pretendientes si el Baskonia rehúsa la posibilidad de retenerle. Su prioridad reside en continuar ataviado con la elástica azulgrana siempre que la oferta para la próxima campaña sea en consonancia con un rendimiento más que notable. A la puerta de su agente, de momento, ya han llamado algunos conjuntos punteros de la Euroliga, por no enumerar la retahíla de interesados en la modesta liga argentina que aguardarían su turno. Un camino seguido en su día por algún otro integrante de la gloriosa generación albiceleste que, sin embargo, Prigioni se resiste a incluir a valorar a corto plazo a sus 35 primaveras.
Como un intachable profesional que vive una segunda juventud, el de Río Tercero estima que aún le queda cuerda para rato para liderar el timón de un grande a este lado del charco y puede seguir uno o dos años al más alto nivel siempre que sea dosificado convenientemente. No ha sido éste el caso durante la última temporada en el Baskonia, donde la extremada bisoñez de un Heurtel falto de horas de vuelo le ha dejado a los pies de los caballos en la reciente semifinal liguera ante la electricidad de dos consumados velocistas como Sergi Llull y Sergio Rodríguez.
"Todavía es un poco pronto para que tomen una decisión, pero tengo la impresión de que están contentos con su rendimiento y de que querrán que continúe. La relación entre Pablo y el Baskonia es muy estrecha y tampoco hace falta haber tenido contactos en el pasado. Con 35, 34 ó 36 años va a valorar todas las opciones. No se puede cerrar ninguna puerta. Él se ve capacitado para seguir en un equipo importante. Está encantado con su familia en España y la idea, como mínimo, sería jugar la Euroliga", reconocieron ayer a este periódico fuentes cercanas al base.
El Baskonia tiene en este caso la última palabra sobre Prigioni, al que incluso podría incluir en el derecho de tanteo ante cualquier posible oferta que provenga de la ACB. Si su continuidad puede ser bastante factible, más dudas existen respecto a Heurtel, el hombre que debía aportar el contrapunto de la juventud en la dirección que llegó como una opción de futuro y acaba de pasar con más pena que gloria.