Vitoria. "Cogieron ventaja pero hoy creíamos que podíamos ganar, ésta ha sido la gran diferencia: fe y tranquilidad". Con estas palabras expresaba Dusko Ivanovic su parecer tras un partido eléctrico. Un choque que le había recordado en demasía al del pasado sábado en Madrid, cuando, con todas las posibilidades intactas, se bajaron los brazos en la recta final.
El montenegrino transmitía las similitudes entre ambos choques en sala de prensa. "También aquí hemos tenido problemas en ataque y hemos dejado que se vayan", recordaba. Por fortuna la buena disposición, en esta ocasión, de sus pupilos propició una victoria trascendetal y trabajada.
No dejaba de establecer similitudes el preparador azulgrana que ve, como casi cualquiera, una serie igualadísima donde la veteranía, el saber afrontar los compases finales, es determinante: "Como en los dos primeros partidos, el de hoy (por ayer) ha estado muy igualado, lo más importante, para mí, era tener tranquilidad pero no conseguimos tenerla hasta los tres últimos minutos del cuarto cuarto y en la prórroga". Se refería a la tranquilidad en ataque de unos jugadores que consiguieron maniatar, defensivamente, a su rival a lo largo de tres cuartas partes de partido.
Ivanovic desgranaba algunos de los factores que les había llevado a jugárselo todo en estos minutos de angustia. "No hemos conseguido cerrar el rebote, ni parar su contraataque, sobre todo en la primera parte del último cuarto", certificaba. Sí a lo segundo. Lo del rebote fue, mal que le pese al montenegrino, una constante a lo largo de los cuarenta minutos que se disputaron ayer en el Buesa Arena. 26 rebotes contra 48. Sólo dos en ataque por parte del Baskonia. A tener en cuenta.
Y si estos tres primeros choques han tenido un cariz similar el cuarto, y puede que definitivo, seguirá por idénticos derroteros. Al menos así lo vaticinó un Dusko Ivanovic que ve la posibilidad de cerrar el pase a la final mañana. "Hay que tener muy claro que el próximo partido va ser mucho, mucho más duro. Tenemos que sacar todas las fuerzas para conseguir que el Madrid no pueda desarrollar su juego", avanzó.
El menú está servido: juego duro e igualdad máxima para otra jornada no apta para cardíacos. El jueves se servirá en el Buesa Arena. Sólo queda saber si será el postre.