vitoria. Kevin Seraphin al fin ha florecido en Washington. Lo ha hecho con la primavera. El jugador francés, que arrancó la temporada en las filas del Caja Laboral gracias al cierre patronal que regía en la NBA, ha comenzado a justificar sobre el parqué la enorme confianza que tienen depositada en él los rectores de los Wizards. El francés tiene un brillante futuro por delante. Está llamado a convertirse en un pívot dominador en la mejor liga del mundo. Y ya comienza a serlo. La noche del martes confirmó lo que venía apuntando a lo largo de las últimas semanas. Su descomunal despliegue ante los Magic le valió su primer galardón como MVP de la jornada. No parece que vaya a ser el último.
Con apenas 22 años, y ya en su segunda campaña en Washington, Seraphin recibe los mimos de los responsables del área deportiva del equipo de la capital estadounidense. Es una apuesta de futuro, pero las circunstancias lo han obligado a convertirse en presente. Las ausencias de los dos pívots titulares de los Wizards, que además se han desprendido recientemente de Javale MaGee, han abierto las puertas de la titularidad a un jugador que está acumulando promedios de estrella. En los últimos ocho partidos ha superado la media hora de juego y en todos ellos ha anotado por encima de los diez puntos. Pero el martes, en la victoria de su equipo ante los Magic (93-85), superó todos sus registros.
Seraphin se convirtió en un factor determinante. Acumuló 24 puntos con unos excelentes porcentajes de lanzamiento (11 de 16 en tiros de campo y 2 de 2 en lanzamientos desde la línea de personal), capturó 13 rebotes y colocó cuatro tapones a los jugadores del equipo de Florida, que también es cierto que acudieron al Verizon Center de Washington DC sin su principal arma de destrucción, un Dwight Howard que no atraviesa su mejor momento a raíz de lo que, según aseguran los medios norteamericanos, es una guerra abierta con su técnico Stan Van Gundy.
Los Wizards, no obstante, también registraban importantes ausencias. Sobre todo en la pintura. Y ahí es donde Seraphin, el amigo de Thomas Heurtel, supo hacerse grande para bordar su mejor partido en la NBA. En una misma noche, el francés firmó los mejores registros de su carrera en puntos, rebotes, tapones, asistencias, tiros de campo anotados y rebotes defensivos. Se multiplicó para cubrir las bajas y acabó retratando a jugadores consolidados como Glen Davis o Ryan Anderson.
Las lesiones de los interiores titulares, el brasileño Nene y Trevor Booker, unidas a las de los decepcionantes Andray Baltche y Rashard Lewis dejaron solo ante el peligro al jugador francés. El técnico de los Wizards, Randy Wittman, tuvo que echar mano de otro europeo, el checo Jan Vesely, para el puesto de cuatro y encontró un aliado de lujo en el banquillo precisamente en la figura de otro jugador con pasado baskonista, un James Singleton que aportó 12 puntos y ocho rebotes que apuntalaron la excepcional labor de Seraphin y certificaron el triunfo de estos Wizards de circunstancias.
Seraphin, que pasó por Vitoria sin ganarse la siempre cara confianza de Ivanovic, comienza a ocupar el puesto que le reservaba el destino. En abril promedia 16,3 puntos, 7,9 rebotes, 1,9 asistencias y 1,3 tapones con un 54,7% en tiros de campo. El francés ha florecido. Llega su primavera.