vitoria. Existen matrimonios convulsos que están condenados tarde o temprano al fracaso por desavenencias irreconciliables. El de Joey Dorsey y el Baskonia es uno de ellos tras una convivencia que se ha tornado por momentos insostenible. El fornido poste estadounidense tiene visos de seguir en breve los mismos pasos que su compatriota Reggie Williams, cuyos problemas físicos en una rodilla y su falta de química con Ivanovic motivaron hace semanas una drástica rescisión de contrato. Su caso ya reviste tantas similitudes que sólo es una simple cuestión de tiempo el anuncio final de una desvinculación que beneficie los intereses de ambas partes.

En el caso del Baskonia, el problema reside ahora mismo en pactar una salida lo menos gravosa posible para sus arcas con el fin de poder hacer frente a un sustituto de ciertas garantías que complemente a Maciej Lampe una vez el polaco se restableza por completo de su grave operación de cadera. La clasificación o no para la siguiente fase de la Euroliga marcará a partir de este jueves un punto de inflexión a la hora de perfilar una recomposición interior, a todas luces, imprescindible para que el inestable juego interior pase a la historia y el Baskonia sea un bloque mucho más competitivo.

El hecho de que Dorsey se ausentara del último duelo doméstico ante el Barcelona no ha hecho sino alimentar la falta de confianza por parte de un Ivanovic que ya muestra su predilección por otros jugadores para ocupar la pintura. El regreso de Milko Bjelica y el fichaje de Golubovic han constituido dos razones de peso para que el montenegrino mantenga en el ostracismo a un poste que se halla lejos de las expectativas iniciales. Antes de dar minutos al de Baltimore, el técnico no ha dudo incluso en reciclar a su compatriota recién salido de una lesión al puesto de cinco.

Dorsey, un interior eminentemente defensivo que aterrizó en la capital alavesa para aportar intangibles, está pasando de momento con más pena que gloria por la capital alavesa. Si en la ACB promedia 2,1 puntos y 3,1 rebotes en apenas once minutos de media, en la Euroliga registra 2 tantos y 2,7 rechaces. Números irrisorios y un protagonismo demasiado secundario para alguien que debía aportar solidez a la zona. De ahí que se encuentre en la picota desde hace muchas jornadas.