TRAS el partido contra el Nancy, lo más importante era recuperarse mentalmente y al mismo tiempo volver a recuperar las buenas sensaciones. El Lucentum Alicante era un equipo propicio para demostrarse a uno mismo que las cosas se pueden hacer mucho mejor. Un conjunto en lo alto de la clasificación, con recursos limitados pero bien aprovechados, con confianza en sus posibilidades tras el buen inicio de temporada y con el carácter suficiente para plantar cara a los discípulos de Dusko. El equipo de Vidorreta está siendo la revelación del campeonato y un duro rival. Txus está buscando este año marcadores cortos, con un juego bien estructurado, ralentizando el juego y teniendo menos posesiones. Ese planteamiento le permite estar dentro del partido hasta los minutos finales. Es en esos momentos donde si están acertados y con la concentración suficiente, consiguen llevarse la victoria. O se les funde la conexión exterior-interior como también les ocurrió contra el Cajasol y pierden. Antes de llegar a Vitoria tenían un 5-1 a favor, algo que decía mucho de su capacidad competitiva. Kyle Singler es el gran referente que tiene en ataque y está sacando un gran partido a su rendimiento. Por parte del Baskonia, tanto los Bjelica como Williams siguen en el congelador y mientras no demuestren más en los pocos minutos de que van a disponer, no van a rascar bola. Dorsey se ha mantenido más en cancha debido a su gran trabajo en el rebote, lo que le ha permitido disputar más minutos. El conjunto de Dusko no supo o no tuvo la capacidad de saber administrar una ventaja de 11 puntos casi al final del tercer cuarto. Está claro que el Caja Laboral es un equipo en construcción, pero tiene jugadores con muchas horas de vuelo y varios años jugando juntos como para poder conservar una ventaja importante para un marcador corto y con un número de posesiones bastante inferior a lo que se estila en ACB. Once puntos a favor en un partido con menos de una posesión y media por minuto supone que el equipo que va por detrás en el marcador tiene que hacer las cosas muy bien y el contrario muy mal para poder contrarrestar la desventaja. Ninguno de los dos equipos superó las 60 posesiones cuando lo normal es rondar las 72. O en el caso del Madrid puede llegar a las 80 como en el partido contra el Unicaja. Son dos tipos de baloncesto antagónicos. De todas las maneras, el año pasado pudimos demostrar que el disponer de mayor número de posesiones no implica un mejor ataque. Se dan bastantes ejemplos a lo largo de la temporada en que el rendimiento por posesión de un equipo como el Alicante que va a pocas posesiones sea mejor que el de otro como puede ser el Madrid que juega a mayor número. Lo que no cabe duda es que a unos les puede gustar más el juego en velocidad de equipos como el Madrid o Maccabi y a otros el juego pausado como el del Panathinaikos, Cajasol o Alicante. Para eso están hechos los colores.