Vitoria. En un verano en el que el Baskonia se ha tomado a pecho la contención del gasto, Pau Ribas puede convertirse en el próximo jugador sacrificado por no entrar en los parámetros económicos que el club se ha marcado. Tal y como adelantó en su edición de ayer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el escolta catalán es el gran perjudicado de la superpoblación que existe en el puesto de dos, donde en estos momentos comparte espacio con Reggie Williams y Brad Oleson. Los emolumentos de los dos jugadores estadounidenses son muy elevados -de los más destacados de la plantilla- y, por ello, Josean Querejeta ha optado por buscar un nuevo acomodo a Ribas si el badalonés no se adapta a la reducción de salario, unida a la extensión temporal del contrato, que desde hace unas semanas se le planteó desde las oficinas del Buesa Arena, una negociación con idas y venidas en la que no se llega a un punto de encuentro.
La tesitura para Ribas es clara. O se atiene a la rebaja de su sueldo o se busca un nuevo destino. La prioridad del jugador pasa por seguir enrolado en la disciplina baskonista, pero desde el club se le pretende dar salida. Apuesta el Caja Laboral de nuevo esta temporada por una plantilla con diez jugadores de referencia -completada posteriormente con otras dos fichas de inferior relevancia- y en ese esquema la presencia del badalonés chirría, siempre y cuando, eso sí, no acepte la propuesta de rebaja de contrato que recibió en su día.
De salida, Ribas parte como tercer escolta del equipo y esta temporada tampoco existe la opción de que alterne estas funciones con las de la dirección del juego, que recaerán en Pablo Prigioni y Thomas Heurtel a tiempo completo.
En esta tesitura, se considera que los minutos que va a tener el exterior catalán van a verse significativamente mermados y que no se corresponden con los emolumentos que tiene firmados para el próximo curso. Demasiado caro para una previsión de rendimiento tan baja, pero también un jugador que cuenta con un buen cartel y cuyos emolumentos no son desorbitados. Por ello, clubes como el Valencia, que busca un exterior para completar su plantilla, ya le han transmitido al catalán que sería una opción de su agrado si finalmente acaba abandonando el Caja Laboral.
La llegada de Reggie Williams y la continuidad de Oleson, en una situación similar a la de su compañero pero al que ningún equipo puede pagar su actual sueldo por lo que el Baskonia no se plantea abonarle una compensación para rescindir su contrato, cierran por completo las puertas a un Ribas que se quedaría en el Baskonia en la posición de undécimo jugador, una ficha para la que el club no pretende gastarse una elevada cantidad económica para así centrarse en afrontar la contratatación de los dos jugadores interiores que cerrarían definitivamente la plantilla.
La situación que vive Ribas no es novedosa en el ajetreado verano baskonista. Las peticiones a los jugadores de que se reduzcan el sueldo han sido varias y el catalán podría seguir el mismo camino que recorrió Batista, una salida para asegurarse el mejor contrato posible.