vitoria. Al Baskonia se le agotan el tiempo y también las escasas opciones de mercado, a priori, interesantes durante este convulso verano para reforzar el controvertido puesto de base. La marcha de Marcelinho Huertas al Barcelona ha abierto un boquete de dimensiones gigantescas en la dirección de juego que el club vitoriano trata de cubrir a marchas forzadas antes de que el próximo lunes arranque oficialmente la pretemporada. La orfandad de mirlos blancos en el mercado recrudece una búsqueda cada vez más laboriosa de la que ayer se descabalgó definitivamente uno de los muchos hombres que han sido ofrecidos a lo largo de las últimas semanas en las oficinas del Buesa Arena. Se trata de Marko Popovic, el internacional croata que se ha cansado de esperar un movimiento procedente de Zurbano en forma de oferta y optó por enrolarse nuevamente en el Zalgiris de Kaunas.
La indefinición del Caja Laboral, cuyos contactos periódicos con los agentes del jugador no han desembocado en ninguna propuesta concreta, acaba de motivar que otro de los contados timoneles libres, de una calidad contrastada y avalado por un dilatado recorrido internacional se esfume de una vez por todas. Si bien los rectores azulgranas sopesaron esta posibilidad después de que Popovic acreditara un excelente rendimiento durante las últimas campañas en el Unics Kazan, finalmente no han pujado con la suficiente fuerza para hacerse con sus servicios pese a disponer del dinero suficiente en sus arcas con el fin de acometer su aterrizaje como recambio del brasileño. De esta forma, la agonía se prolonga en el tiempo mientras las manecillas del reloj van avanzando peligrosamente en contra de los intereses de Dusko Ivanovic y otros clubes están construyendo bloques graníticos.
solidez en entredicho La entidad alavesa quiere hilar muy fino a la hora de apostar por una figura determinante para el engranaje del próximo ejercicio que se complementará con Thomas Heurtel. El bisoño baloncestista galo, todavía sin curtir y cuyo juego de altas revoluciones necesita imperiosamente el contrapunto de un titular más asentado en el Viejo Continente, constituye un recurso insuficiente para cubrir una parcela del juego que en el pasado proporcionó ingentes veladas de gloria. Antes de que Huertas gobernara con puño de hierro el timón azulgrana, otros elementos carismáticos como Pablo Prigioni, José Manuel Calderón o Elmer Bennett proporcionaron una solidez indiscutible que, a expensas de la identidad del nuevo fichaje, puede estar seriamente en entredicho.
Precisamente, el veterano uno de Río Tercero se mantiene en la recámara como una remota opción en el caso de que los primeros objetivos de la parrilla de prioridades pasen de largo. Su evidente declive a los 34 años, así como los problemas físicos que padeció durante su oscura etapa en el Real Madrid, reducen a la mínima expresión sus posibilidades de recalar en el Buesa Arena. Ante las dificultades para adquirir un base que no posea contrato en vigor con otro club, el Baskonia también mantiene abierta la puerta al desembarco de un jugador estadounidense para potenciar dicha posición.
El mercado de bases, en cualquier caso, se encuentra en plena ebullición durante las últimas horas siendo Tel Aviv el epicentro de las noticias más calientes. Tras acordar en el verano su renovación para las dos próximas campañas, Jeremy Pargo -la estrella del Maccabi que ajustició al Caja Laboral en el cruce previo a la Final Four correspondiente a la pasada Euroliga- acaba de acogerse a una cláusula de su contrato para dejar el equipo hebreo y poner rumbo a la NBA, donde los Spurs le esperarán con los brazos abiertos si finalmente se desbloquea el conflicto entre jugadores y patronos. Su recambio será Papaloukas.