Vitoria. La incapacidad del Baskonia para retener a sus mejores jugadores ha vivido su penúltimo episodio. Marcelinho Huertas es el nuevo base del Barcelona Regal, el equipo que eliminó al conjunto vitoriano de la Liga y de la Copa, competiciones de las que a la postre saldría campeón. El Baskonia percibirá por la operación en torno a los 2,3 millones de euros. 1,8 en concepto de traspaso, al que se añade otro medio millón que el club adeudaba al organizador brasileño, que jugará en el equipo azulgrana las próximas cuatro temporadas.

De esta manera, el que fuera nombrado mejor base de la ACB la pasada campaña cumple su deseo de recalar en el Barcelona, donde deberá suplir la marcha de Ricky Rubio rumbo a la cerrada NBA. "Espero estar a la altura", prometió ayer tras pasar el reconocimiento médico. Marcelinho percibirá siete millones de euros por su estancia en la Ciudad Condal, a los cuales habrá que restar los 1,8 millones que deberá pagar al Baskonia como llave de salida.

La marcha de Marcelinho Huertas supone la cuarta pérdida clave de un equipo que se descapitaliza en términos competitivos de una manera palpable. Como problema añadido, su fichaje por el Barcelona ensancha la brecha con un equipo al que se le intuye imperturbable de cara a mantener su dominio en la ACB y resuelto a recuperar el trono europeo. Económicamente, la operación es redonda para el club presidido por Josean Querejeta. No obstante, la parte deportiva inevitablemente se verá resentida ante la marcha de uno de los mejores bases del continente. La reconstrucción casi constante que experimenta el equipo vitoriano se reinventará ante una temporada que le verá sin el base y el pívot titulares de la pasada campaña. Con Lampe llamado a suplir el hueco dejado por Barac, el acierto del reemplazo de Huertas se antoja clave para un equipo que progresivamente pierde talento pero que ha sabido regenerarse competitivamente año tras año.

Los jugadores se han ido pero el club ha prevalecido en un camino que ya sólo admite la autoimpuesta exigencia máxima. El club de Zurbano viene de una temporada de más fallos que aciertos en las contrataciones. En cualquier caso, la eficiente y rauda manera en la que ha dado salida a Batista -Logan podría seguir en breve sus pasos-, claros ejemplos del tropiezo, compensa unos desaciertos que en ningún caso hipotecarán el club en ningún aspecto. El escenario que se abre ahora para el Baskonia demanda la contratación de un director de juego de garantías en concordancia con los requerimientos de orden y fiabilidad que busca Ivanovic para su base. El mejor situado de cara a tomar el mando de la nave baskonista es Marko Popovic, quien ya estuviera en la órbita azulgrana hace cuatro temporadas y que también es pretendido por Maccabi y Real Madrid. El croata, un híbrido entre base y escolta, jugó la pasada temporada en el Unics Kazan ruso, con quien no renovó su vinculación a la conclusión de su contrato esperando encontrar acomodo en alguno de los grandes del continente.

Popovic, apodado El francotirador dálmata, destaca sobre todo por su eficiente tiro exterior. No obstante, a veces adolece de una falta de consistencia que se le presupone a un base de equipo grande. El de Zadar sería el tercero de una serie de bases croatas que han pasado por el Baskonia en los últimos años tras Roko Ukic y Zoran Planinic. A falta de la contratación del sustituto de Marcelinho, la posición se queda descabezada tras la previsible salida también del díscolo David Logan. Sólo con el francés Thomas Heurtel, un jugador todavía imberbe que como primera exigencia deberá adaptarse a lo que un equipo de la talla y las aspiraciones del Baskonia requiere de él.