Vitoria. La marcha de Marcelinho Huertas se había convertido este verano en el gran culebrón azulgrana. El base brasileño, con una oferta de renovación hasta 2015 sobre la mesa desde que finalizara la pasada campaña, mantenía su particular tira y afloja con el Baskonia para cumplir su deseo y abandonar Vitoria rumbo a Barcelona. Un deseo que el base brasileño verá cumplido en los próximos días salvo giro radical de los acontecimientos.
Según confirmaron ayer a este periódico fuentes cercanas a la operación, Baskonia y Barcelona han alcanzado ya un principio de acuerdo para el traspaso del timonel paulista al conjunto catalán. Aunque la venta no está aún cerrada, la salida de Huertas podría oficializarse en los próximos días para poner así el punto final a una partida de cartas a cuatro bandas -Huertas, Baskonia, Barça y Anadolu Efes- en la que el jugador ha logrado satisfacer su objetivo primordial. Y es que, si bien el propio Josean Querejeta aseguró recientemente que la única oferta que tenía sobre la mesa era una "muy difícil de rechazar" del club turco, la realidad era que Marcelinho sólo estaba dispuesto a abandonar la capital alavesa para jugar en el Barcelona, con el que firmará un contrato que unirá su nombre al del cuadro blaugrana durante las próximas cuatro temporadas.
A cambio, el Baskonia recibirá una cantidad cercana a los dos millones de euros. Inflexible en su postura de no desprenderse del base hasta no recibir una suculenta oferta, el club vitoriano ha logrado finalmente engordar sus arcas de nuevo tras los 1,2 millones de euros del traspaso de Stanko Barac al Efes. Un montante total que en esta época supone una enorme inyección monetaria para un club vendedor como ha sido siempre el Baskonia. A falta de concretar los últimos flecos, Marcelinho cambiará la elástica azulgrana por otra del mismo color para cubrir la baja de Ricky Rubio y convertirse en el ansiado fichaje que el Barça anhelaba como sustituto del ahora jugador de los Timberwolves. Por su parte, el equipo vitoriano trabaja desde hace días para hallar un jugador que haga olvidar cuanto antes al proclamado el pasado curso como el mejor base de la ACB. Hombres como el croata Marko Popovic -ofrecido recientemente tras desvincularse del Unics Kazan- o el posible retorno de un Pablo Prigioni todavía sin equipo son dos de las opciones que el Baskonia maneja desde que asumió la marcha de Marcelinho Huertas. Pero antes llegará el turno de despedir al timonel paulista.