Vitoria. En el Baskonia siempre guardan un hueco para los golpes de efecto. El club vitoriano no da puntada sin hilo, y en esta ocasión el protagonista del primer boom veraniego tiene 26 años y mide 2,10 metros. Maciej Lampe, ala-pívot polaco procedente del Unics Kazan, se convirtió ayer en el segundo fichaje estival del Caja Laboral. El nuevo jugador azulgrana, que siendo apenas un adolescente formó parte de la cantera del Real Madrid, era sin duda una de las mejores opciones del mercado para apuntalar la pintura del cuadro dirigido por Dusko Ivanovic. Su altura y condiciones le permiten alternar las posiciones de cuatro y cinco casi a voluntad, con una capacidad innata para capturar rebotes y una gran movilidad en la zona, precisamente el gran punto flaco que lastraba el juego de su predecesor croata. En el otro lado de la balanza el cuadro vitoriano deberá depositar una más bien limitada defensa que, a buen seguro, será el primer punto a limar por el técnico montenegrino.
Precisamente, Ivanovic es el principal responsable de que Lampe, que con 18 años llegó a debutar en la NBA, haya acabado recalando en Vitoria. Tras finalizar su contrato con el Unics Kazan, el poste polaco con pasaporte sueco decidió que quería cambiar de aires y que la ACB era el mejor destino para él. Consciente de ello, el Baskonia -que llevaba años siguiendo su evolución- le trasladó una oferta en firme hace alrededor de diez días que, sin embargo, Lampe rechazó al considerarla insuficiente en términos económicos -su sueldo en Rusia ha rondado este curso los 1,4 millones de euros-. Pasaron los días y el club vitoriano siguió escudriñando el mercado -el nombre de Miroslav Raduljica estuvo, y continúa estando, en lo alto de la agenda- mientras ultimaba la marcha de Barac. Pero Lampe cambió de opinión. Aunque fuentes cercanas al jugador aseguraron ayer a este periódico que el polaco manejaba ofertas "mucho más importantes económicamente" hubo algo que le hizo cambiar de opinión.
Dispuesto a no dejarlo escapar, Dusko Ivanovic cogió el teléfono para llamar al antiguo poste de Khimki y Maccabi para intentar convencerle de que aceptara la oferta azulgrana. Y lo consiguió. Lampe llega a la capital alavesa con un contrato de dos temporadas bajo el brazo y la esperanza de seguir progresando como jugador. El nuevo poste baskonistaa, que según aseguraron las mismas fuentes no disputará el Europeo de Lituania, estará en Vitoria antes de que arranque la pretemporada del nuevo Caja Laboral -en principio fechada para el día 22 de agosto-.
Considerado una de las mayores promesas del baloncesto continental hace unos años, Lampe aterrizó en España hace ahora diez años para formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid con sólo 15 años -lo que le permite ocupar plaza como jugador de formación si así lo exige el nuevo marco de contratación ACB- con el que jugó en su filial de la Liga EBA antes de ser cedido al Universidad Complutense de LEB, donde llegó a jugar contra un por aquel entonces imberbe Tiago Splitter, enrolado en las filas del Bilbao Basket. Sin embargo, Lampe protagonizó un curioso episodio al partir a Estados Unidos para estar presente en el draft de la NBA, donde no llegó a optar al puesto que esperaba. Con todo, logró hacerse un hueco en los Knicks antes de enlazar sin mucho éxito franquicias como Suns, Hornets o los Houston Rockets.
Tras darse por vencido de su aventura americana, regresó a Europa para jugar en Rusia -en el Khimki primero y el Unics Kazan después-, con un paso intermedio por el Maccabi. Pero no ha sido hasta este curso cuando Lampe ha acabado por explotar. Sus números en la pasada Eurocup, competición que ganó con la escuadra rusa, hablan por sí mismos, con 15,6 puntos y 8,1 rebotes en una media de 27 minutos por partido. Ahora, Maciej Lampe se convierte en la nueva gran referencia azulgrana en la pintura. Ese hombre solvente y de garantías codiciado por media Europa cuyo fichaje parecía imposible. Pero el Baskonia no entiende de imposibles.