Vitoria. La discreta, por no decir mala, temporada cumplimentada por el Caja Laboral no ha minado para nada el inmejorable cartel de que disponen buena parte de sus integrantes a los ojos de otros rivales directos, muchos de ellos deseosos de pescar en el Fernando Buesa Arena algún mirlo blanco que no entre en los planes de Josean Querejeta o sea declarado transferible. No es el caso de hombres como Teletovic, Barac y Huertas, con los que el conjunto vitoriano cuenta para su proyecto de la próxima temporada pero cuya elevada cotización también les hace susceptibles de poder abandonar la capital alavesa siempre que las arcas del club ingresen una jugosa cantidad.

Mientras los rectores azulgranas ya materializaron en su día el propósito de atar a los dos interiores balcánicos con sendos contratos de larga duración, algo que a menudo constituye un papel mojado, la rúbrica de un acuerdo de semejantes características con el timonel brasileño figura dentro del apartado de asignaturas pendientes para este verano. Su oficialización parecía una cuestión de horas justo al poco tiempo de consumarse la eliminación liguera cuando el jugador mostró su favorable predisposición a aceptar la propuesta baskonista para ampliar su vínculo por dos años más y quedar ligado así a la entidad de Zurbano hasta el año 2015.

Después de que Querejeta moviera ficha con el traslado de una oferta que se ajustaba a unos parámetros lógicos desde el punto de vista del club, se produjeron las habituales contraofertas entre ambas partes que retrasaron la fumata blanca. Nada preocupante hasta que en los últimos tiempos otro obstáculo de mayor dificultad se ha interpuesto en el camino del Caja Laboral para sellar su anhelado objetivo. Éste no es otro que los cantos de sirena llegados a Huertas procedente del Barcelona, que nuevamente pretende construir un proyecto faraónico para optar a todos los títulos posibles.

Aparente tranquilidad El paulista se halla entre la amplia terna de candidatos que maneja Joan Creus para cubrir la sensible marcha de Ricky Rubio a la NBA y complementar al rocoso Víctor Sada en la dirección. En principio, la entidad catalana -cuyos ambiciosos movimientos emprendidos hasta la fecha como el fichaje de Chuck Eidson y las renovaciones de Lorbek, Mickeal y Vázquez no se corresponden con su cacareada intención de reducir el presupuesto- no está dispuesta a abonar un traspaso lo suficientemente suculento como para sacar a Marcelinho del Buesa Arena, pero su simple interés y la lógica aspiración del baloncestista de apretar al máximo las tuercas al Baskonia para conseguir el mejor contrato posible han demorado el anuncio oficial de una renovación que parecía cantada.

Este retraso no ha motivado, sin embargo, el nerviosismo en las oficinas del Buesa Arena. Y es que el club tiene asegurado, al menos, una campaña más los servicios de Huertas, además de contar con una opción unilateral para ampliar dicho vínculo por espacio de un año más que Querejeta está dispuesto a ejercer ante el notable rendimiento del director de juego durante sus dos temporadas en la capital alavesa. Desde los primeros tiempos de militancia a las órdenes de Dusko Ivanovic, el internacional brasileño ha cubierto a la perfección el vacío dejado en su día por Prigioni con su salida al Real Madrid. Su juego de altas revoluciones, su notable visión de juego y su liderazgo sobre la pista son algunas de las virtudes por las que el Caja Laboral desea prolongar su estancia. Y esta tarea anda sumergida hoy en día mientras el ogro catalán enreda desde la distancia.