Vitoria. Los jugadores como Stanko Barac son una especie en peligro de extinción. Hombres de 2,17 metros dotados de una muñeca prodigiosa capaces de marcar diferencias por sí mismos surgen con cuentagotas en el mercado europeo. El Baskonia lo sabe, pero la NBA también. Por eso, cuando hace siete meses la entidad azulgrana renovó el contrato del pívot hasta 2015, la sombra de los Indiana Pacers, que lograron los derechos del croata en la segunda ronda del draft 2007, sobrevolaba ya la mesa de negociación. El club vitoriano era consciente de que más pronto que tarde el equipo de Indianapolis lanzaría su red al valioso center baskonista. Un Barac que, por otra parte, no tiene ninguna duda de que está capacitado para cruzar el charco de inmediato. A juzgar por las palabras de David Morway, general manager de los Pacers, la hora del croata ha llegado, y sólo la amenaza del lock out parece retraer ahora mismo al conjunto estadounidense de sentarse a negociar con Querejeta.

"Cuando se abra el mercado tendremos una conversación tanto con él como con su equipo. No tenemos ninguna duda de que Stanko está preparado para dar el salto a la NBA. Ha tenido un gran año y es uno de los mejores big men de Europa", adelanta Morway en declaraciones al periodista Conrad Brunner recogidas en la página web de la NBA. En realidad, todas las palabras que tanto el general manager de Indiana como Ryan Carr, director de scouting, dedican a Barac parecen sacadas de un romancero. Frases de elogio y halago que dejan bien claro el interés de los Pacers en hacerse con los servicios del todavía jugador azulgrana. "Durante los dos últimos años probablemente he sido una de las personas que más ha hablado con Stanko. Es como mi hermanito de más de dos mestro. Tenemos una gran relación. Este año he hablado mucho con él para cómo se siente. Es un gran chico y se ha convertido en un gran, gran jugador", dice Carr.

A la espera de comprobar qué sucede con el lock out, la marcha de Barac a la NBA es una posibilidad que el Baskonia tiene sobre la mesa desde antes de que finalizara la temporada. Eso sí, su adiós debería venir acompañado de una considerable cantidad de dinero a cambio. En principio, cerca de 1,5 millones de euros, de los que la franquicia sólo podría pagar medio millón, quedando el resto a coste del jugador para ser incluido en su contrato. "Tendrá que haber un entendimiento entre nosotros y su equipo para llegar a un acuerdo, y que al mismo tiempo Stanko sienta que está preparado para venir. Me gustaría verlo aquí en Indiana, pero al mismo tiempo hay muchos factores que tienen que aunarse", explica Ryan Carr.

Por el momento, el Baskonia aguarda acontecimientos. Vender a Barac inyectaría una considerable dosis de billetes a las arcas del Buesa Arena, pero también significaría deshacerse de una pieza básica en la plantilla de Dusko Ivanovic, aunque el fichaje de Esteban Batista, cuyo rendimiento en esta media temporada no ha sido el esperado, serviría al menos para amortiguar el golpe. Con todo, desde Indiana ya han puesto las cartas sobre la mesa. Quieren a Barac y lo quieren ya. Un amor recíproco por parte del croata. "Necesitaría un periodo de adaptación, pero realmente puede convertirse en un hombre de rotación de calidad y esperamos que algo más", confía Morway, mientras el director de scouting recuerda que "ha tenido un técnico muy disciplinado y ha ganado muchísima confianza después de haber estado bajo la sombra de Splitter muchos años". Tras esta declaración de intenciones, el Baskonia está en disposición de abrir un nuevo frente en el mercado con Barac como protagonista. El tiempo, o más bien el dinero, dictará sentencia.