vitoria. Cuando en su habitual rueda de prensa post-temporada Josean Querejeta aseguró que el puesto de alero -junto a un base y un interior- era uno de los tres que querían reforzar de forma prioritaria para la próxima temporada la pregunta no se hizo esperar. "¿Significa eso que no cuentan con Nemanja Bjelica?", fue cuestionado el presidente de Saski Baskonia. "Eso no significa nada", respondió. "Hay jugadores que tienen contrato, y si queremos hacer cambios dependiendo de lo que veamos en el mercado alguno tendrá que salir, porque no hay sitio para todos", subrayó después. Como bien apuntó Querejeta, la plantilla del Caja Laboral es un ente vivo y moldeable en todas sus formas posibles cada verano, muchas veces de formas sorprendentes e inesperadas. Sin embrago, lo que es, ha sido y será una constante en Vitoria durante cada mercado estival es que, primero, nadie es imprescindible y, segundo, el mercado y las posibilidades de mejora dictan sentencia inexorablemente.
Pero en esta ocasión, y aunque cabría deducirlo por su escaso protagonismo durante la temporada -lastrada por su fractura de escafoides en el tramo final-, las dudas que sobrevuelan el seno de la entidad baskonista en relación a Bjelica no pasan -al menos de momento- por rastrear el mercado en busca de un sustituto para el joven jugador serbio. El Baskonia, como explicó su presidente, escudriña el zoco de jugadores a la caza de un alero y un fichaje interior. El problema es que, además del propio mercado, existe un factor por resolver que será determinante a la hora de hacerse con los servicios de uno u otro refuerzo. Un problema que ronda desde hace meses la cabeza de Dusko Ivanovic y la secretaría técnica azulgrana y que tiene al jugador de 2,09 metros como protagonista en los albores de un verano que se anticipa largo. ¿Es Bjelica el ansiado refuerzo para la pintura que tantos quebraderos de cabeza está causando en el Buesa Arena? ¿Puede el alero serbio asentarse a base de trabajo en la posición de cuatro? La respuesta todavía está en el aire.
A lo largo de la temporada, Dusko Ivanovic acabó echando mano en ocasiones del jugador nacido en Belgrado como sustituto de Mirza Teletovic en momentos de necesidad. Las idas y venidas en la posición de ala-pívot -Pietrus, Rancik, Sow, Haislip y Dragicevic han pasado por ahí a lo largo del curso- obligaron al imberbe serbio a adentrarse en la pintura para intentar generar ventajas con su altura y dominio de balón, aunque sin demasiado éxito. En un zoco en el que los interiores de garantías brillan por su ausencia -Querejeta volvió a resaltarlo en su última comparecencia- la polivalencia de Bjelica es un recurso que Ivanovic no quiere pasar por alto en caso de que el mercado no aporte al Baskonia hombres de plenas garantías para acompañar al capitán baskonista, con el que se cuenta a pesar del interés mostrado recientemente por el CSKA.
velickovic y cakarevic Con la dicotomía sobre Bjelica en mente, la entidad vitoriana escudriña estos días media Europa a la caza y captura de un jugador que, como siempre se ha dicho en el pabellón de Zurbano, mejore lo que ya tienen. Solventada la búsqueda de un base con la llegada del francés Thomas Heurtel con un contrato de cuatro años bajo el brazo, la lista azulgrana de preferencias para los otros dos puestos tiene a dos compatriotas de Nemanja Bjelica en lo más alto de la agenda. El primero, el hombre deseado para apuntalar la batería interior no es otro que Novica Velickovic. Como desveló su agente hace unos días en declaraciones recogidas por este periódico, el Caja Laboral es uno de los equipos que más interés tiene en la contratación del jugador del Real Madrid. Sin embargo, en el Buesa son conscientes de lo complicado -por no decir imposible- que se antoja su aterrizaje en la capital alavesa. Aunque Nole ha acabado contrato este curso, el club merengue dispone de una opción para prolongar unilateralmente su estancia en Madrid una campaña más. Por si fuera poco, muchos de los grandes clubes del baloncesto continental aguardan también agazapados a la espera de que su actual equipo -huérfano todavía de un responsable técnico- tome una decisión al respecto.
Mientras tanto, el Baskonia ha puesto sus ojos en una de las jóvenes perlas serbias que el pasado miércoles entró por primera vez en la preselección de su país para disputar el Europeo de Lituania. Marko Cakarevic, alero de 22 años y 2,00 metros de altura, ha despertado el interés baskonista tras su eclosión en el modesto Radnicki, en el que ha promediado 8,2 puntos y 5,1 rebotes en la Liga Adriática y 12,4 puntos y 6,6 rebotes en la competición serbia. Al contrario de lo que ocurre con Velickovic, Cakarevic acaba contrato este curso y es libre de negociar su fichaje por el mejor postor, entre ellos un Partizan de Belgrado que ya ha mostrado su interés en el prometedor tres nacido en Belgrado y con pasado en el Asvel Villeurbanne.
Por el momento, Cakarevic aseguró ayer en declaraciones a un medio de su país que quiere tomarse las cosas con calma. "Quiero tomar la decisión adecuada sobre mi futuro. He pasado dos años geniales en mi equipo y he progresado hasta alcanzar los objetivos que me había propuesto. Voy a esperar un poco y ver lo que mi representante me ofrece, y a partir de ahí veremos qué ocurre", explicó el objeto de deseo baskonista sobre su futuro. Así las cosas, el Baskonia trabaja desde hace semanas para despejar las incógnitas y reducir al máximo el número de objetivos a los que echar el lazo. Con cuatro meses por delante antes de que el primer balón de la próxima temporada se lance al aire, la confección de una plantilla al gusto de un renovado Dusko Ivanovic se antoja imprescindible. Los errores del pasado permiten al club marcar la senda por la que no han de seguir. A partir de ahí, el mercado dictará sentencia.