Vitoria. El mercado crea sus propios monstruos, a veces alrededor de jugadores con los que su equipo no cuenta pero que se convierten en presas codiciadas cuando salen a la palestra. Este verano, Novica Velickovic puede ser una de ellas. El ala-pívot serbio, defenestrado en un Real Madrid que hace dos años apostó fuerte por él tras su brillante etapa en el Partizan, disfruta estos días de sus vacaciones con las dudas sobrevolando su cabeza. El cuatro acaba contrato, pero la entidad merengue tiene la opción de renovarle por un año de forma unilateral, bien para quedarse con él, o bien para sacar tajada con su traspaso. Hace unos días, la rumorología le sitúo en el Panathinaikos de Zeljko Obradovic, pero ayer el agente de Nole Velickovic, que también representa al laureado entrenador del PAO, salió al paso de las noticias para negar su fichaje y apuntar que no es precisamente la escuadra del trébol la más interesada en hacerse con los servicios del jugador de 2,05 metros.
"Todo está abierto. Ahora mismo hay clubes como el Caja Laboral o el Barcelona que han mostrado un gran interés en ficharle. Son clubes que tienen el potencial deportivo y económico en el que encajaría alguien como Novica. Ya veremos", deslizó el representante del todavía jugador madridista al diario serbio Mondo, aunque matizó sus palabras al explicar que "seguir en el Real Madrid es la primera opción porque todavía tiene una cláusula en su contrato, pero también dependerá del entrenador que elijan y de lo que éste decida. La próxima semana sabremos algo más, y tal vez tomemos la decisión definitiva", concluyó el agente del jugador.
Pese a las palabras de su apoderado, la realidad es que a día de hoy la llegada de Velickovic a Vitoria no es más que un tanteo de mercado en los albores de una confección de plantilla en la que, lógicamente, el Baskonia maneja varios nombres para todas las posiciones que pretende renovar. Como bien apuntó Josean Querejeta hace apenas unos días, será el propio mercado el que dictamine si el club vitoriano está en condiciones de pujar fuerte por los grandes nombres o, como ha ocurrido en el caso de Thomas Heurtel, prefiere forjar una plantilla menos rutilante pero más del gusto de Ivanovic.