Vitoria. La estrecha relación que a lo largo de los últimos once años ha unido a Dusko Ivanovic y Josean Querejeta se ha mantenido inquebrantable contra viento y marea. Sobrevivió a la marcha del montenegrino al Barcelona en 2005 y, aunque durante mucho tiempo parecía imposible, se ha mantenido férrea después de una de las peores temporadas en la historia reciente del Baskonia. Ayer, el presidente de la entidad azulgrana anunció la renovación de Ivanovic para las dos próximas temporadas. Si nada se tuerce, el técnico balcánico cumplirá en 2013, cuando acabe su nueva vinculación, nada menos que una década sentado en el banquillo del Buesa Arena. Ahora, ambos trabajan ya mano a mano para confeccionar la plantilla del Caja Laboral 2011-12, encargada de hacer olvidar una campaña en la que por primera vez en ocho años el conjunto vitoriano no se ha plantado en ninguna final.

Pero la fe mueve montañas, y la que Querejeta profesa por el preparador balcánico es sin duda de las que marcan una época. "Dusko entiende la filosofía del club y hemos conseguido éxitos importantes con él, como una Liga, una Copa del Rey una Supercopa en estos tres últimos años. No vamos a pensar en cambiar todos nuestros criterios por un año en el que las cosas no han salido como pensábamos", explicó ayer el máximo dirigente baskonista en su tradicional rueda de prensa post-temporada. Una comparecencia que este año se había retrasado más de lo previsto. El motivo, además de los diferentes frentes que ahora mismo mantienen ocupado al lazkaoarra -liderazgo en el cambio de modelo de la ACB, por un lado, y capitalización del Alavés por otro-, han sido las dudas que había generado tan desastrosa campaña. Y es que, aunque él optara ayer por negarlo rotundamente, Josean Querejeta dilató su propuesta de renovación a Ivanovic hasta que, tras tantear la incorporación de otros entrenadores, optó finalmente por mantener su confianza en el técnico más laureado en la historia azulgrana. "No ha habido ninguna otra opción que hayamos valorado o estudiado. Todas las informaciones que han salido al respecto son absolutamente falsas", zanjó ayer al ser cuestionado sobre el interés en otros entrenadores, con la figura de Simone Pianigiani, del Montepaschi Siena, como anhelado pero imposible a día de hoy objeto de deseo baskonista.

De cualquier forma -y dejando a un lado los contactos con otros técnicos negados ayer por el presidente para no avivar las dudas de cara al futuro- la realidad es que, finalmente, el duskismo continuará siendo la filosofía de vida que marque el destino del Caja Laboral durante al menos las dos próximas temporadas. "Con él hemos mantenido una trayectoria muy estable y sólida durante mucho tiempo. Conocemos las cosas positivas y negativas que tiene de la misma forma que él conoce las nuestras. El retraso en el anuncio oficial se ha debido únicamente a que, por problemas míos, últimamente he estado bastante tiempo fuera de Vitoria", apuntó Querejeta antes de confiar en que, ahora que el verano y la pretemporada les concede al oportunidad de empezar de nuevo, sean capaces de confeccionar una plantilla que "recupere el carácter que nos ha faltado durante todo esta campaña". "Para Dusko este año no ha sido fácil. Ha superado los problemas que ha tenido y todos estamos ilusionados para el año que viene", incidió sobre un Ivanovic que en ningún momento ha tenido intención de cambiar de aires y durante todo el curso ha esperado la llamada del máximo mandatario azulgrana para prolongar su estancia en Vitoria.

Finiquitadas las incógnitas sobre el dueño del banquillo con un golpe sobre la mesa en forma de renovación hasta 2013, el Baskonia arranca ya un verano de idas y venidas que se anticipa largo y sinuoso. Por el momento, sellado el fichaje del base Thomas Heurtel, la intención de la entidad vitoriana pasa por hacerse con los servicios de un alero y un hombre interior pero, por encima de todo, apuntalar un equipo que se adapte al estilo de juego que ha llevado a Dusko Ivanovic -y por ende al Baskonia- a alcanzar sus cotas de éxito más altas en los últimos años. Firmado el nuevo compromiso, el montenegrino iniciará su octava campaña en el Buesa. Si cumple su contrato, pasará una década como entrenador del cuadro azulgrana. La era Ivanovic tiene aún mucha tela que cortar.