LOS banquillos europeos echan humo durante estos frenéticos días. Mientras el Baskonia hace gala de un misterioso inmovilismo para definir la identidad de su nuevo técnico y mantiene en ascuas a Dusko Ivanovic, otros clubes del Viejo Continente ya han movido ficha a la hora de concretar quién regirá sus designios para las próximas temporadas. A lo largo de las últimas horas, el movimiento es incesante y varias figuras de indudable prestigio ya han encontrado acomodo. El más sorprendente de todos, sin duda, ha tenido como gran protagonista a Sergio Scariolo, que catorce años después regresará a la Lega tras una prolífica carrera fuera del baloncesto transalpino.
El actual seleccionador español se comprometió ayer por tres años con el Armani Jeans, cuyo ambicioso proyecto ha disuadido al de Brescia para regresar a su país casi tres lustros después de poner punto y final a su etapa en el Fortitudo Bolonia y recibir la llamada de Josean Querejeta. Quien fuera preparador del Baskonia a finales de la década de los 90 y una figura por la que el presidente azulgrana ta ha sentido desde siempre en el pasado una especial devoción para que pudiese regresar al Fernando Buesa Arena, comenzará su labor en Milán una vez concluya la participación del combinado nacional en el próximo Europeo de Lituania, donde está en juego nada menos que el cotizado billete para los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
Scariolo ha recibido el beneplácito de los rectores de la Federación para compatibilizar ambos cargos, como sucedió en su día cuando asumió las riendas del Khimki ruso. El italiano se hace cargo de un equipo que pretende invertir una fuerte suma de dinero para poner fin a la despótica dictadura del Montepaschi Siena. La negativa de Ettore Messina, que se convertirá en asistente de Mike Brown en los Lakers, le ha obligado a reactivar el plan B y apostar por otro entrenador de indudable prestigio que anhelaba retomar su trabajo diario y no estar sentado esporádicamente en un banquillo. Su presentación tendrá lugar mañana (16.00 horas) en el Hotel Marriot de la capital lombarda.
En la ACB, los movimientos tampoco se están haciendo esperar. Después de que el Power Valencia anunciase el lunes por la noche la sorprendente contratación de Paco Olmos -un técnico de perfil bajo que viene de descender esta campaña con el Menorca- como recambio de Svetislav Pesic y que el Unicaja también haya confirmado la continuidad de Chus Mateo pese a sus irregulares resultados, el futuro de uno de los hombres más codiciados del verano quedó ayer definitivamente aclarado.
Pedro Martínez, que formaba parte de las quinielas para dirigir al Real Madrid e incluso mantuvo algún cara a cara con los responsables de la sección de baloncesto merengue para ocupar la vacante de Emanuele Molin, seguirá ligado al Gran Canaria durante las tres próximas temporadas. El catalán, ajeno a los rumores que le colocaban otra vez en un banquillo de alto nivel tras su fallida experiencia de hace unos años en el antiguo TAU, ha optado por continuar en un club modesto que avanza a pasos agigantados hacia su consolidación pese a sus limitados medios. Quizá por la desconfianza que genera hoy en día un proyecto tan inestable y huérfano de resultados como el madridista, el exbaskonista ha preferido seguir en Las Palmas al frente de una nave con las ideas claras.