Vitoria. "La voluntad de Dusko es continuar porque el Baskonia es y será su casa. Si renovará o no, es una pregunta que debe responder Querejeta, pero creo que todavía no lo tiene claro". Son palabras pronunciadas ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA por José Cobelo, el agente de Ivanovic que aguarda pacientemente noticias del máximo dirigente azulgrana respecto a la continuidad del hombre que ha guiado los mayores éxitos del club vitoriano a lo largo de su historia. Recién finalizada la temporada, llega la hora de hacer balance y empezar a planificar un ambicioso proyecto que vuelva a colocar al Caja Laboral en la cima del baloncesto nacional y continental. Y la principal duda reside en si el de Bijelo Polje pilotará la nave en el futuro tras ocho de militancia en la capital alavesa.
La decisión está solo en la cabeza de Querejeta, pero lo cierto es que en las oficinas del Buesa Arena ya se manejan otras alternativas a la continuidad de Ivanovic que propicien un cambio de ciclo y pongan fin al matrimonio más inquebrantable en el mundo de la canasta durante la última década. El hecho de que Ivanovic termine contrato este 30 de junio, el sospechoso inmovilismo del presidente a la hora de responder a las llamadas de su agente durante los últimos meses y la terca evidencia de que ambas partes no hayan mantenido hasta la fecha contacto alguno para ampliar dicho vínculo tiñen de sombras la permanencia de uno de los grandes iconos con el que el Baskonia ha conquistado, entre otros títulos, dos Ligas ACB y tres Copas.
En cualquier caso, la decisión definitiva no está tomada y también se halla supeditada en buena parte a las gangas que ofrezca el mercado. Al mismo tiempo que Querejeta sondea desde hace meses a otros técnicos para ocupar el banquillo del Buesa Arena -los nombres de Ettore Messina o Svetislav Pesic llevan circulando bastante tiempo en los mentideros-, también mantiene abierta la opción de renovar su confianza en un Ivanovic al que le ata un fuerte vínculo afectivo y que le garantiza el cumplimiento de una ética de trabajo y una disciplina dentro del vestuario que otros entrenadores no acertaron a lograr en el pasado.
Un desgaste evidente De ahí que el montenegrino forme parte de un casting para el que tampoco emerge un amplio puñado de nombres. "Siempre hay que darle al club donde estás la posibilidad de que reflexione y tome una decisión, pero a partir del 1 de julio podremos negociar libremente con otros clubes", insistió Cobelo respecto al caso. Si el último año de contrato de Ivanovic había abierto hasta ahora la puerta a un proceso negociador rematado, a la postre, con la renovación, el decepcionante rendimiento del Caja Laboral en el ejercicio recién finalizado levanta las suspicacias de las altas esferas y puede degenerar en próximas fechas en un cambio de ciclo. No obstante, la decisión tiene visos de dilatarse algunos días más una vez se apaguen los ecos de un curso con más sombras que luces.
Tras ocho años de convivencia bajo un mismo techo, el desgaste en la convivencia entre Ivanovic y los principales rectores azulgranas es algo notorio y da pie a todo tipo de especulaciones. A nadie se le escapa igualmente que la gestión de la plantilla efectuada por el preparador balcánico no ha sido del agrado de las altas esferas. A Ivanovic se le cuestiona, por ejemplo, el pobre baloncesto desplegado por el colectivo, los contados minutos de que han dispuesto ambiciosas apuestas como Nemanja Bjelica y David Logan o su empecinamiento por contratar un segundo base durante toda la temporada para rectificar los errores cometidos el pasado verano a la hora de planificar la plantilla.
Aclamado por la grada en los últimos minutos del tercer duelo ante el Barcelona, la decisión de prescindir de Ivanovic resulta, en todo caso, dolorosa y obliga a cuidar las formas. Con sus aciertos y errores, el de Bijelo Polje ha implantado una metodología de trabajo que casa perfectamente con los mandamientos de la entidad alavesa. Más allá de su excelente bagaje en cuanto a títulos, su rectitud y apuesta por un trabajo serio le convierten por motivos obvios en una figura carismática del baskonismo. El amargo trance personal que ha debido sufrir en la presente temporada no ha sido óbice para que el montenegrino haya trabajado con la máxima profesionalidad y honradez. Unas virtudes que, en definitiva, le han convertido en el mejor técnico del Caja Laboral a lo largo de la historia y podrían suponer otro voto de confianza si las alternativas no convencen.