vitoria. El público se despedía al grito de "Dusko, Dusko", pero el entrenador balcánico hacía tiempo que había abandonado el parqué del Buesa Arena. La que durante tantos años ha sido su afición agradecía el trabajo estajanovista de Ivanovic, conscientes de que a día de hoy su futuro en la capital alavesa se vislumbra más que incierto. Sin embargo, fiel a sí mismo hasta la extenuación, el técnico azulgrana se negó una y otra vez a hacer referencia alguna sobre su continuidad al frente de la escuadra alavesa cuando compareció ante los medios en sala de prensa. "No voy a hablar sobre mi futuro. No es el momento. Ya habrá tiempo de hablar sobre eso", se limitó a explicar un Ivanovic apesadumbrado pero un tanto resignado ante la evidente superioridad desplegada por el Barcelona durante toda la eliminatoria.

Pero, en una noche marcada por su posible marcha, Ivanovic quiso agradecer el apoyo de una afición que siempre ha tenido en el técnico al principal tótem al que aferrarse a la hora de encarar los grandes retos. "Desde que vine a Vitoria hace mucho tiempo tengo un cariño enorme por este público. Siempre hemos tenido una relación mutua de mucho cariño y respeto", recordó tras asegurar que, pese al 3-0, tenía una fe ciega en revertir el cruce y forzar un quinto partido en el Palau.

"El Barça es el mejor equipo de la ACB, pero sigo pensando que hemos tenido nuestras opciones en los tres partidos. En el baloncesto los encuentros se deciden a veces por una o dos acciones claves y nosotros hemos perdido la paciencia en todos esos momentos", explicó Ivanovic, que apuntó al excesivo número de pérdidas -trece- como uno de los puntos claves para la derrota ante un Barça que ayer mandó de nuevo a la lona a los azulgranas con una defensa de libro. "En toda la temporada no he conseguido que el equipo defienda como yo quiero. Con una buena defensa no hubiéramos terminado cuartos y no nos habríamos enfrentado al Barcelona en la semifinal", aseguró Ivanovic antes de abandonar el Buesa quizá por última vez.

san emeterio y huertas Por su parte, los pupilos del técnico montenegrino no pusieron ninguna excusa a la derrota. Todos asumieron la superioridad catalana y todos, sin excepción, coincidieron en subrayar la irregularidad mostrada durante todo el curso como denominador común. "Ha sido un año duro para nosotros. No siempre se puede ganar títulos, y por momentos este año nos ha faltado el carácter del pasado", aseveró San Emeterio. "A veces no basta con dejarse la piel. Estamos jodidos porque nos han ganado con facilidad", lamentó sincero Pau Ribas, mientras Teletovic agradeció los aplausos del público. "Ningún equipo tiene una afición como la nuestra. Esto es lo mejor que he visto", concluyó el bosnio antes de negar que su despedida aplaudiendo a la grada en solitario al final del partido fuera un adiós al Baskonia. Huertas, visiblemente dolido, se marchó del Buesa entre lágrimas. "No ha podido ser", fue todo lo que pudo decir.