Al igual que ocurre con su sección futbolera, desde hace años el Real Madrid ansiaba como agua de mayo empujar hacia el éxito a un jugador de su cantera para demostrar que su estructura en las categorías inferiores no tiene nada que envidiar a la de su eterno rival catalán. Pero el tiempo pasaba y los jugadores que vislumbraban cierta esperanza para la Casa Blanca iban cayendo por el camino uno tras otro. Sin embargo, la entidad merengue guardaba desde hace cinco años un as en la manga con el que estaban seguros de no haberse equivocado. Un chico espigado en el que se fijaron cuando, con apenas quince años, viajó a Zaragoza desde su Pogdorica (Montenegro) natal para disputar un torneo de categoría cadete. Criado en la prestigiosa escuela de baloncesto Joker School -nada que ver con el personaje de Batman-, Nikola Mirotic era ya uno de sus niños cuyo nombre aparecía en la agenda de todos los ojeadores.
No tardaría mucho en demostrar que sus condiciones innatas para el baloncesto estaban acompañadas de una apreciable madurez que ahora, con 20 años y un apetitoso contrato recién renovado hasta 2016, despliega sobre las canchas de toda Europa para regocijo madridista, especialmente de un Alberto Herreros que, junto a Antonio Martín y Alonso de Madariaga -responsable de la cantera blanca en aquella época-, fue el gran valedor de su fichaje. Ayer, la Euroliga hacía oficial el galardón de "jugador revelación de la temporada". A nadie sorprendió que este ala-pívot de 2,09 metros adelante en el premio a jugadores como Víctor Claver, Jan Vesely, del Partizan, o el pívot Jonas Valanciunas (Lietuvos Rytas). El futuro del baloncesto europeo tiene el nombre de Mirotic marcado a fuego.
el niño de messina El Baskonia, siempre al acecho, intentó en su momento atraer a la capital alavesa al ahora madridista. Incluso cuando ya se encontraba jugando en las categorías inferiores del club, la entidad azulgrana tentó al Real Madrid dispuesto a ofrecerle un suculento traspaso por la que entonces era una joven promesa. Desafortunadamente para los vitorianos, en el Santiago Bernabéu no picaron. Estaban tan seguros de que Mirotic estaba llamado a marcar una época que se quedaron con él contra viento y marea. Así fue hasta que la temporada pasada el Madrid optó por ceder a su diamante en bruto al Palencia de la LEB Oro, desde donde, tras una campaña algo decepcionante -con fuga al Nike Hoop Summit incluida como predecesor de Biyombo- retornó en verano al equipo de Ettore Messina con la incertidumbre de si formaría parte del primer equipo o partiría cedido a otro club de la ACB. Mirotic convence de tal forma al transalpino que éste se decanta por él en detrimento de Pablo Aguilar. "Les enviamos un niño y nos devolvieron un hombre", llegó a decir Messina sobre la cesión del montenegrino al Palencia.
El 26 de marzo del pasado año, el cuatro blanco recibía la nacionalidad española "por carta de naturaleza". Ahora, de cara al Eurobasket de Lituania que tendrá lugar a finales de agosto, Sergio Scariolo se debate entre él y el NBA Serge Ibaka para el único puesto de jugador asimilado que la reglamentación FIBA permite a cada selección. Aunque parece que el preparador nacional se decantará por el integrante de los Oklahoma City Thunders, nadie duda de que este jovenzuelo de asombroso parecido a Dejan Bodiroga será a corto plazo uno de los grandes baluartes del combinado nacional como sustituto de un Pau Gasol con el que siempre ha surgido la recurrente comparación.
Desde los albores de la presente temporada, Nikola Mirotic ha ido asombrando a propios y extraños con un juego descarado, mejor de cara que de espaldas al aro, dotado de una muñeca endiablada y con la defensa como principal punto a mejorar. Arrancó la pretemporada con 22 puntos ante el Power Electronics Valencia, empezó su eclosión en la ACB a principios de diciembre contra el Unicaja de Málaga en la décima jornada y enlazó dos partidazos consecutivos frente a Cajasol y Fuenlabrada, mientras en la Euroliga Charleroi o Montepaschi sufrían su imberbe descaro. Con una cláusula de rescisión de 2,5 millones para Europa y uno más para la NBA, Mirotic -cuyo puesto en el próximo Draft es una de las grandes incógnitas por despejar- se ha convertido por derecho propio en la gran esperanza blanca.