nO tiene la consideración de un título y para muchos pasará desapercibido, pero el dato sí sirve, al menos, para sacar pecho y proclamar a los cuatro vientos los méritos de un club que, pese a sus limitaciones económicas a la hora de zambullirse en el mercado, se reinventa todas las temporadas para continuar entre la aristocracia continental. Tras su laboriosa victoria del pasado jueves ante el Lietuvos Rytas en el majestuoso Siemens Arena que ha servido para amarrar el billete hacia los cuartos de final de la Euroliga, el Baskonia tiene el honor de ser el único club europeo que ha conseguido superar el Top 16 durante las siete últimas ediciones de la máxima competición.

Desde que la organización presidida por Jordi Bertomeu decidiese cambiar el sistema de competición en la campaña 2004-05 e instaurar la celebración de una eliminatoria previa a la disputa de la Final Four, primero al mejor de tres partidos y después al de cinco, el Caja Laboral es un asiduo habitual de la nobleza. Con plantillas más o menos rutilantes, ya fuera con un baloncesto más o menos sincronizado y vistoso, su regularidad se encuentra a prueba de bombas para inmiscuir su figura entre los ocho mejores del Viejo Continente.

Este registro es digno de mención y, repasada la estadística de los principales rivales azulgranas, queda constatado que no ha estado al alcance de cualquiera. De hecho, otros grandes transatlánticos con más medios económicos a su disposición que el inquilino del Fernando Buesa Arena se han quedado a las puertas de satisfacer el mismo objetivo. Ni siquiera el CSKA, el Barcelona, el Panathinaikos o el Maccabi, los indiscutibles dominadores continentales y los equipos más laureados durante la última década, ostentan ese honor en manos del cuadro baskonista, que entre 2005 y 2008 consiguió sucesivamente colarse en la reunión más elitista del Viejo Continente. En las dos últimas campañas, sin embargo, su techo fueron los cuartos de final tras ser apeado por el Barcelona y el CSKA respectivamente a las puertas de convertirse en uno de los cuatro mejores.

El envejecido conjunto ruso era, hasta este ejercicio, el único que junto al Caja Laboral había superado durante este intervalo de tiempo la barrera del Top 16. Sin embargo, su sorprendente y prematura eliminación en esta primera fase le ha descabalgado de la planta noble. El Barcelona y el Olympiacos, los finalistas de la última edición, vivieron su vía crucis en el año 2005, donde se colaron en la fiesta de los cuartos de final algunos invitados inesperados como los clásicos turcos, el Scavolini o el Benetton. El Maccabi se ausentó del cruce previo a la Final Four en 2009, mientras que el Panathinaikos faltó a su cita con los ocho mejores en los años 2008 y 2010. También llama la atención que los discretos resultados del Real Madrid, apeado en el Top 16 en 2005, 2007 y 2008.