no le frena nadie. Se ha erigido en una trituradora de rivales que exhibe un apetito insaciable para sumar toda clase de victorias. Cuando ya se ha cumplido la mitad de la temporada, nadie duda de que este inabordable Barcelona, ya con el reciente título de la Copa del Rey en el zurrón, se perfila como un sólido candidato a otro triplete histórico. El desafío para el Caja Laboral será esta tarde mayúsculo y de los que motivan sobremanera a cualquier vestuario. Nada menos que hallar un resquicio de debilidad a una rutilante colección de estrellas cuya última derrota data del 16 de diciembre del año pasado y que ha encadenado 20 victorias consecutivas entre las tres competiciones.

Como sucediera unos meses antes en vísperas del comienzo de la última final liguera, la tropa de Ivanovic parte esta tarde nuevamente como víctima propiciatoria y está predestinada a ser devorada por un león hambriento. Los sobresalientes números blaugranas son, cuando menos, para asustar. Desde que el Lietuvos Rytas, curiosidades del destino el rival que resolverá el próximo jueves el futuro continental del Baskonia, le derrotara por la mínima en el Siemens Arena (88-87), el ogro catalán ha extendido el terror por toda Europa.

Amparado en una plantilla descomunal y con puestos hasta por triplicado que le permite no añorar la ausencia de dos elementos de primer nivel como los lesionados Pete Mickeal y Gianluca Basile, el Barcelona constituye un muro de hormigón que nadie ha podido derribar. Quien osa intentarlo, sale despedido varios metros porque Xavi Pascual ha edificado un bloque granítico y sin ninguna fisura que con el paso de los minutos impone su despótica ley. La demolición suele producirse a fuego lento con el duelo bien avanzado, cuando su amplitud de recursos supone una tortura para el adversario de turno.

Durante estos dos meses y medio de imbatibilidad, el rival vitoriano ha tenido tiempo para levantar el primer título en Madrid tras batir sucesivamente al Joventut, Caja Laboral y Real Madrid, consolidarse como líder en solitario de la Liga ACB después de once victorias consecutivas y amarrar el primer puesto de grupo dentro del Top 16 que le permitirá gozar del factor cancha en el cruce previo a la Final Four. Una estadística escalofriante que añade una dificultad suprema a un encuentro donde el Caja Laboral intentará, al menos, competir.

estrellas y lugartenientes Integrado por doce piezas que serían titulares en cualquier otro equipo de Europa, el Barcelona atesora un fondo de armario incomparable. Incluso se permite el lujo de mantener en el anonimato a jugadores envidiados por otros clubes punteros, casos de Lakovic, Grimau, Ndong o, al inicio de la temporada, su flamante fichaje Perovic, procedente del Power Valencia. La irregular temporada de Ricky Rubio también está quedando maquillada ante el descollante rendimiento de un Víctor Sada que llama desde hace tiempo con fuerza a la puerta de la selección española de cara al Europeo.

Cuando esporádicamente surge algún conato de insurgencia por parte del rival, siempre aparece el bombero más fiable para apagar el incendio. Pasan las temporadas y Navarro continúa siendo un compulsivo anotador ante el que no hay antídoto que valga. Por si fuera poco, el ojo clínico de Chichi Creus, el forjador de este grupo casi imbatible, atrajo hacia el Palau Blaugrana a Anderson una vez se conoció la grave lesión de Mickeal. Reclutado de la Liga de Desarrollo estadounidense, donde percibía un sueldo casi irrisorio sin que otros grandes llegasen a plantearse siquiera su fichaje, el estadounidense le ha proporcionado el salto de calidad necesario para mantener intacta su cotización.

Si por fuera posee un poderío envidiable, la pintura no le va a la zaga. Con un quinteto de lujo en nómina que obliga a un reparto de minutos con lupa, los interiores de Pascual andan sobrados de músculo, envergadura, intimidación, poderío físico y versatilidad. Sin embargo, en los minutos calientes, el trío compuesto por Lorbek, Morris y Vázquez lleva la voz cantante.