madrid. A Fotis Katsikaris deberían recordarle que en el siglo XXI existen maneras de clarificar las jugadas polémicas de un partido antes de que se pasara de osado en la sala de prensa del Palacio de los Deportes de Madrid. El técnico griego del Bilbao Basket, que guió magistralmente a su equipo y a punto estuvo de consumar la defunción prematura del Baskonia en la Copa, se pasó de frenada. Compareció ante los medios "orgulloso" por el rendimiento de sus pupilos y molesto con los árbitros por una jugada en la que Kostas Vasileiadis pisó la línea -lo refrendan las imágenes de televisión- y señalaron fuera. Lo correcto.

"Estoy seguro de que no ha pisado la línea, lo hemos visto", aseguró enfadado el preparador del cuadro vizcaíno. "Estábamos un punto arriba y quedaba minuto y pico, podíamos haber ganado. Esperábamos que nos trataran igual que a otros. Pero me quedo con que podemos mirar hacia arriba", continuó con su discurso victimista.

No quiso entrar en la polémica Dusko Ivanovic, que tiró de optimismo y trató de contagiar a sus jugadores del espíritu del Yes we can, a pesar de que no se había disputado el encuentro soñado: "Nunca vi el partido perdido, pero sí que lo vi ganado", se sinceró el preparador montenegrino, consciente de que sus hombres volvieron a desperdiciar una jugosa ventaja para haber zanjado el enfrentamiento mucho antes.

En eso sí se mostró crítico el técnico baskonista: "Puedo reprochar que cuando tenemos ventaja debemos jugar tranquilos. Pero hoy (por ayer), los errores no nos han costado caros, aunque espero que no se vuelvan a repetir, porque nos pueden llevar a la derrota", advirtió. Entre los jugadores, sin perder el norte, también se respiraba felicidad y un moderado optimismo. "Hacía falta ganar el primer partido y se ha hecho", apuntaba Esteban Batista. "Al segundo partido saldremos con muchas más confianza" aseveró Pau Ribas.