Vitoria. El Real Madrid anunció ayer que prescinde de los servicios de Jorge Garbajosa. El jugador de 33 años ha sido el damnificado por el fichaje del pívot Mirza Begic, y ahora busca equipo contrarreloj para poder firmar antes del lunes, plazo final para poder ser inscrito en otro club de la ACB. En principio, el Madrid no pondrá problemas a su marcha, sea el equipo que sea, sobre todo teniendo en cuenta que el pívot madrileño se redujo el sueldo a la mitad durante la pretemporada. Todo un golpe para el internacional, que se verá obligado a abandonar la casa blanca tras una primera mitad de temporada en la que había perdido la confianza de Ettore Messina.

El entrenador del cuadro madridista, que esta noche se enfrenta al Montepaschi Siena en la ciudad transalpina, justificó ayer su decisión por la gran "proyección de futuro" del gigante recién llegado y de Nikola Mirotic. "Al tener trece jugadores alguien tenía que quedarse fuera. Hay que tomar decisiones con criterios deportivos de club. Al final lo hemos hablado y hemos pensado que para el equipo y para el club lo mejor era tomar esta decisión", indicó Messina.

Mientras espera un nuevo destino, Garbajosa continuará entrenando con su todavía equipo y, de hecho, el técnico italiano deslizó la remota posibilidad de que el antiguo jugador de Baskonia o Unicaja pudiera continuar en la plantilla, tal vez a la espera de una posible lesión de algún compañero. "Es un jugador nuestro, se entrena con nosotros y está listo para cualquier oportunidad. Las reglas de la ACB dicen que en un equipo no puede haber más de doce fichas, pero ya hablaremos y se verá esta situación", expresó Messina en rueda de prensa antes de definir su decisión como "incómoda".

"Todas estas decisiones son deportivas de club y de futuro y en este momento el que está en una posición más incómoda es Jorge", aseguró reconociendo que "no es un placer" tomar este tipo de acciones. Eso sí, Messina no quiso explicar cómo se lo había tomado el propio Garbajosa. "Eso hay que preguntárselo a él", aseveró, aunque sí reconoció que "todos los compañeros están afectados" y comparó su caso con lo que está pasando en el Barcelona entre Pete Mickeal y Alan Anderson. "Algo así pasará aquí, las decisiones se toman por el bien del equipo", concluyó el entrenador merengue.