Serio -aunque no mucho más de lo habitual en él- y con más ganas de regresar a Vitoria que de analizar lo sucedido con profundidad, Dusko Ivanovic se limitó a admitir la evidencia y zanjar cualquier resumen de la derrota frente al Meridiano Alicante con un derroche de sinceridad. "Hemos hecho un muy mal partido", repitió el entrenador montenegrino hasta en tres ocasiones antes de lanzar un par de apuntes sobre los motivos que llevaron al Caja Laboral a salir escaldado del pabellón alicantino. "Después del último partido de Euroliga -ante Unicaja- en el que tuvimos intensidad defensiva y circulación, hoy (por ayer) no hemos tenido ninguna de las dos cosas. Hemos hecho un partido muy malo", incidió. Acto seguido, el preparador azulgrana envió un aviso a sus pupilos, aunque, como en otras ocasiones, prefirió no sacar a la luz el nombre del jugador -o los jugadores- que debía darse por aludido.

"Como siempre que se pierde, el entrenador es el primer y único culpable, pero hoy (por ayer) más, porque he dejado jugar a algún jugador que no tenía que haber jugado. Pero esto tampoco influye, porque si no hubiera jugado tal vez lo habríamos hecho un poco mejor, pero no sé si cambiaría el rumbo del partido", explicó un Ivanovic "preocupado" por el pobre estado de forma que muestra el Baskonia a estas alturas de campaña. "Puede ser que estemos en el peor momento desde principio de temporada, pero tenemos que ser más positivos que nunca. Hay tres días hasta el próximo partido y debemos recuperarnos. El miércoles jugaremos diferente", adelantó rotundo el técnico baskonista. Eso sí, antes de abandonar la sala de prensa del Centro de tecnificación, Ivanovic aclaró que los sorprendentes y escasos seis minutos de juego de Stanko Barac de debieron únicamente a una "decisión técnica".

san emeterio Por su parte, Fernando San Emeterio mostró su desconcierto ante una problemática situación que continúa prolongándose en el tiempo. "No es cuestión de pasar página porque ya son muchas veces y no es sólo un error. Empieza a ser habitual y esto no puede ser. No sé qué nos pasa, fuera de casa jugamos fatal y los equipos nos sacan del campo a base de lucha y trabajo atrás, y nosotros no sabemos cómo reaccionar. Nos rendimos demasiado pronto", aseveró el alero cántabro, que confió en que de cara al futuro -la Copa del Rey se vislumbra ya a sólo tres semanas- el conjunto vitoriano recupere "las señas de identidad del Baskonia".