sus estilos de juego son totalmente distintos. Uno, fibroso y atlético, es el paradigma de la explosividad y la garra. El otro, con mucho más estilo y elegante en sus acciones, basa su juego en la efectividad de su muñeca. Pape Sow es defensa. Martin Rancik, ataque. Sin embargo, el destino ha querido que la historia sitúe a ambos como jugadores del Caja Laboral durante esta temporada. La taquilla que el ala-pívot eslovaco ocupó en el Buesa Arena guarda ahora la ropa del senegalés, que se vio obligado a vaciar la suya en el Centro de tecnificación de Alicante el pasado 13 de diciembre. Tres días más tarde, el Baskonia anunciaba el fichaje de Sow por un mes que, finalmente, han acabado siendo dos. Su condición de temporero mantenía intranquilo al jugador azulgrana en los días previos a la confirmación de su continuidad en la capital alavesa. No estaba acostumbrado a la incertidumbre.
Al contrario, ejercer de funambulista sin red ha sido una constante en el caso de un Rancik que esta campaña ha militado ya en tres equipos distintos. Empezó la temporada en el Bizkaia Bilbao Basket, su hogar en la 2006-07. Curiosamente, el cuatro de 2,04 metros recaló este verano en la capital vizcaína como complemento para los entrenamientos y partidos de pretemporada del cuadro de Fotis Katsikaris. La lesión de Axel Hervelle en el arranque de campaña le abrió un hueco en el equipo durante los tres primeros encuentros. Y los aprovechó. Su papel frente al Power Electronics Valencia (18 puntos) despertó el interés baskonista, que firmó al jugador antes de partir a Estados Unidos para disputar la gira NBA, pero permitió que el ahora interior del Meridiano jugara un último partido contra el Real Madrid. Llegó a Vitoria en octubre y se marchó un mes después rumbo a Alicante con un contrato hasta final de temporada bajo el brazo. Con Vidorreta como nuevo entrenador, el conjunto valenciano necesitaba renovar su plantel, y Pape Sow, con un rendimiento demasiado intermitente, no entraba en sus planes.
Para sorpresa de muchos, el cinco africano acabó fichando por el Caja Laboral pocos días después. Su tesón gusta a Dusko Ivanovic, pero su condición de extracomunitario es un lastre que podría condicionar su continuidad en la capital alavesa. De momento, sigue luchando por un puesto a base de sudor y rebotes.