Vitoria. El virus que ha sobrevolado el Buesa Arena durante los últimos días parece haber abandonado definitivamente las instalaciones del pabellón de Zurbano. Despojados ya de la fiebre que les impidió jugar a uno ante el Lagun Aro y a otro el pasado miércoles frente al DKV Joventut, Stanko Barac y David Logan entrenaron ayer con normalidad junto al resto de sus compañeros, según confirmaron desde la entidad baskonista. El pívot croata se quedó sentado en el banquillo durante los cuarenta minutos en el choque celebrado en Illumbe ante la escuadra de Pablo Laso, aunque contra el conjunto catalán regresó al equipo para disputar un total de doce minutos.

El caso del escolta estadounidense es un poco más curioso. Asolado también por la fiebre desde el domingo, Logan llegó a jugar veinte minutos en San Sebastián -anotando catorce puntos - pero tres días después la enfermedad se volvió más virulenta y no le permitió saltar al parqué del Buesa ni un solo minuto, viéndose obligado a contemplar el aplastante triunfo baskonista sentado en su asiento.

Sin embargo, desde el Baskonia informaron ayer que ambos se encuentran ya plenamente recuperados y entrenaron en sesión vespertina bajo las órdenes de Dusko Ivanovic, por lo que el domingo estarán a disposición del entrenador montenegrino para verse las caras con el Blancos de Rueda Valladolid, equipo revelación de la temporada tras completar en Fuenlabrada su pase a la Copa del Rey de Madrid.

Fernando San Emeterio El que también entrenó pero todavía no se encuentra al cien por cien es Fernando San Emeterio. El alero todavía conserva algunas molestias en su costado tras el desafortunado golpe que sufrió el domingo en una jugada fortuita. Pese a todo, el jugador azulgrana confía en que el dolor en la zona acabe remitiendo poco a poco y no descansará en el que será su regreso a casa. Formado en la cantera del club pucelano, San Emeterio se desplazó junto a su familia a Valladolid poco después de nacer en Santander, y fue en la cantera del Maristas donde el ahora héroe de la afición vitoriana creció como jugador hasta fichar por el Akasvayu Girona como paso previo a su aterrizaje en el Caja Laboral durante el verano de 2008.