vitoria. Es ante retos como el que el Baskonia afronta esta tarde cuando los grandes jugadores emergen para desnivelar la balanza a base de talento, carácter o, como Dusko Ivanovic solicitó ayer a sus jugadores, rabia. "Éste es un partido en el que nadie puede jugar con miedo. Debemos tener ganas para luchar, para ganar con esa rabia que a muchos jugadores les falta", advirtió ayer el entrenador montenegrino antes de la sesión de trabajo vespertina. Reflexivo y parco en palabras como siempre, Ivanovic confió en contar hoy a partir de las 20.45 horas con un pabellón repleto de gargantas dispuestas a apoyar al conjunto vitoriano en su primera gran final de la temporada.

"Muchos títulos y muchos partidos que hemos ganado ha sido gracias a nuestro público. Esperemos que mañana (por hoy) estén con nosotros y luchemos juntos para que podamos ganar", solicitó el técnico balcánico, consciente de que la imagen desplegada por el cuadro azulgrana en los últimos encuentros dista mucho de la que ansían mostrar. "Ante el Cajasol dimos una mala imagen. No éramos el equipo que siempre ha sido el Baskonia, sin carácter, sin nada. Ahora tenemos que ir hacia arriba, intentar ser primero un equipo", explicó. Una vez más, como ya ocurrió la pasada campaña en el Top 16, el Khimki de Sergio Scariolo intentará enterrar las esperanzas de éxito de los alaveses. "Es un equipo con mucha experiencia, y en partidos como éste eso puede ser una ventaja", apuntó Ivanovic.

Por eso, cuando el Caja Laboral salte al parqué del Buesa Arena deberá abstraerse de todo y pensar únicamente en lograr un triunfo imprescindible si quiere seguir soñando con la siguiente ronda. "Es un partido decisivo. Todo el mundo lo sabe y somos conscientes de la importancia del encuentro. Tenemos que ganar para seguir con opciones. Sería ideal ganar por cuatro, y eso será algo que deberemos saber gestionar", concluyó el preparador balcánico.