Vitoria. Martin Rancik parece condenado a vivir continuamente en un bucle temporal. El ala-pívot finalizaba ayer su contrato de un mes con el Caja Laboral, y él mismo había asumido que su estancia en la capital alavesa tocaba a su fin después del partido ante el Partizan de Belgrado. Sin embargo, el esguince de tobillo sufrido hace unos días por Marcus Haislip -y los recurrentes problemas en la zona que asolan a los vitorianos- ha llevado a la entidad azulgrana a prolongar la estancia de Rancik en Vitoria al menos para que éste pueda disputar el encuentro de mañana ante el Barcelona. Cuando acabe el choque "se volverá a estudiar un acuerdo en función de las necesidades de ambas partes", según apuntaba la nota de prensa oficial facilitada en la tarde de ayer por el Baskonia.
Finalmente, el cuatro de 32 años vuelve a vivir la misma situación que sufrió hace apenas treinta días antes de recalar en el Caja Laboral. Jugador y club habían alcanzado un acuerdo para que ejerciera de temporero en el Buesa, pero el Bizkaia Bilbao Basket pidió a los vitorianos que permitieran a Rancik jugar un último partido antes de partir, el que enfrentó al equipo de Fotis Katsikaris con el Real Madrid. Un hecho que impidió al jugador poder viajar con el equipo a Estados Unidos para formar parte de la histórica gira NBA del cuadro azulgrana. Así las cosas, la permanencia de Rancik en el Baskonia dependerá de la evolución del tobillo de un Marcus Haislip al que las lesiones no han respetado desde que arrancó su estancia en Vitoria. Una rotura fibrilar primero y un esguince después han enviado a la enfermería al estadounidense una y otra vez, con apenas unos pocos minutos de juego como escasísimo bagaje hasta el momento.
Por su parte, Martin Rancik completó en la derrota frente al Zalgiris su mejor actuación como baskonista, con 24 puntos en los veinte minutos que estuvo sobre el parqué del pabellón de Zurbano. Sin embargo, sus problemas de lumbalgia y su endeblez defensiva no le han permitido brillar como esperaba cuando aceptó la oferta azulgrana por un mes para sustituir a otro temporero como Florent Pietrus, que optó por regresar al Power Electronics Valencia con un contrato de dos meses.