Vitoria. Fernando San Emeterio se encuentra inmerso en la consecución de un sueño. Aún lo roza con las yemas de los dedos, pero no se atreve a saborear el regusto que deja el saberse uno de los doce mejores jugadores de España. El cántabro ha trabajado durante una temporada entera para conseguir un objetivo del que aún desconoce su resolución. Si de la boca de Sergio Scariolo sale un sí, el alero baskonista pondrá la guinda a un pastel que ha estado en el horno desde que se formó en la cantera de los Maristas. Mientras tanto, aguarda a saltar mañana al parqué de su hogar habitual en el tercer encuentro que la selección española jugará como preparación del Mundial de Turquía después de los disputados durante la concentración en Las Palmas de Gran Canaria.
Su público aguarda para verle vestido con una elástica distinta a la que lideró hacia la ya histórica tercera Liga del Baskonia. "Para mí es muy bonito vestir la camiseta de la selección en la que es mi actual casa. Eso dice también mucho del Caja Laboral en cuanto apuesta por jugadores españoles, y yo soy uno de sus representantes", explica el tres nacido en Santander. Erigido en santo tras aquel tiro libre que certificó el triunfo azulgrana ante el Barcelona en el tercer partido de los play off por el título de la ACB, San Emeterio cree que puede trasladar al Mundial de Turquía el carácter que le ha llevado a convertirse en un icono del Baskonia en apenas un par de años. "Aquel fue un final soñado para mí. Hemos ganado una Liga que nadie esperaba y con ese final que tuvo tanta repercusión. Ahora sería muy bueno ir al Mundial. Estoy trabajando por conseguirlo, aunque es difícil porque hay jugadores de nivel", subraya.
Tras pasar dos días de descanso en Valladolid una vez finalizada la concentración de Gran Canaria, el exterior de la selección española se incorporó ayer a la disciplina del equipo a las 13.30 horas, como había dispuesto Sergio Scariolo para todos sus pupilos. Ahora le esperan tres días de trabajo, entrenamientos y, sobre todo, dos partidos en los que intentará convencer al antiguo entrenador baskonista de que tiene un hueco en el conjunto nacional. "Scariolo me ha pedido que aporte lo que el equipo necesita. Soy un jugador que no destaca, aunque soy completo y polivalente, y eso le puede venir bien al equipo en determinadas ocasiones", asegura el hombre que, el año pasado por estas fechas, tenía pie y medio fuera del Caja Laboral.
Afortunadamente para él, y para la afición vitoriana -visto el resultado- los responsables de la entidad de Zurbano cambiaron de opinión, y ahora San Emeterio tiene oportunidad de disputar en su feudo un torneo que enfrentará a España con Lituania (mañana, 20.00 horas) y Eslovenia (domingo, 20.00 horas). "Jugar estos partidos en Vitoria será muy bonito. Tengo ilusión por jugar este torneo. La gente va a disfrutar con la Selección. Vitoria es una ciudad que respira baloncesto, y qué mejor que el equipo nacional", recuerda.
En los dos encuentros que ha disputado hasta ahora con España, su participación se reduce a apenas dos puntos en el partido que les enfrentó a Costa de Marfil. Tanto en éste último como ante Canadá ha disputado quince minutos de juego, prácticamente los mismos que el resto de la plantilla española, pues Scariolo aún escudriña a sus jugadores para poner a punto al equipo encargado de revalidar el campeonato del Mundo. "Estamos en el cupo de favoritos, no debemos meternos presión. Sería injusto descartar a otras selecciones como Estados Unidos, Serbia, Argentina o Grecia. El Mundial será difícil de ganar", anticipa finalmente el jugador baskonista, que durante este fin de semana será sin duda el más vitoreado por el público presente en el Buesa Arena en los partidos del combinado estatal.