Una fe a prueba de bombas. La misma que permitió al mítico Rocky Balboa tumbar por KO al ruso Ivan Drago en la cuarta entrega de la saga del boxeador de Philadelphia. De todos modos, aquella épica victoria llegó en la ficción, mientras que lo del Baskonia fue realidad.
Un hecho palpable, en el que eso sí, el púgil italoamericano tuvo mucho que ver. No en vano, Ivanovic se inspiró en la historia del modesto boxeador para guiar a los suyos hacia el triunfo. Y es que de un tiempo a esta parte, los vídeos motivadores se están poniendo de moda para arengar y motivar a los equipos profesionales.
Ahí están los casos de Guardiola con un vídeo de Gladiator antes de la final de la Champions League de Roma, la música de Viva la vida de Cold Play, o imágenes del documental de Iñaki Otxoa de Olza en el Annapurna para conseguir el compromiso de su plantilla en situaciones de extrema dificultad.
Eso es lo que pretendía el técnico de Bijelo Polje con las imágenes de Rocky IV y las notas de la película Hearts on fire (Corazones ardiendo). El Caja Laboral asumió el papel de Stallone, mientras que el cuadro culé protagonizaba, cómo no, el del gigantón y a priori indestructible Ivan Drago. Una lucha desigual. En el ring y en la cancha. Pero la historia estaba para repetirse.
"corazones ardiendo" Por eso, a todo volumen sonó en el vestuario baskonista las notas del Heart on fire. "Corazones ardiendo / Un deseo fuerte / Tienes la rabia dentro / Corazones ardiendo / La fiebre sube / El momento de la verdad está cerca". El estribillo de John Cafferty que llevó a Balboa a tumbar al pétreo boxeador ruso puso a los baskonistas como motos. Salieron a por todas. Convencidos de que era posible dejar KO al indestructible Barcelona.
Las imágenes y el vídeo buscaron eso. Motivar aún más al equipo y aumentar su fe. Ellos creían y así lo dijeron a lo largo de la serie. Faltaba un último empujón anímico. Lo dio Rocky Balboa. En el vídeo se intercalaban imágenes de la temporada con momentos audiovisuales de la campaña del Caja Laboral. El sufrimiento de Rocky durante sus entrenamientos se alternaba con situaciones difíciles del Caja Laboral, que han sido muchas y variadas a lo largo del curso. Por su parte, cuando aparecía el malvado Ivan Drago llegaban a continuación las imágenes del poderoso equipo culé. El indestructible. Ese que tenía que tumbar Rocky por un lado y el Baskonia por otro.
El Caja Laboral salió con los corazones ardiendo. Dispuesto a dejar a su rival tumbado en la lona. El golpe definitivo lo dio San Emeterio, que al igual que en un final de película impactó en la cara de su adversario en el último segundo. Happy end.