El título de Liga conquistado en la noche de ayer sirvió para desatar la fiesta en las calles de Vitoria y supuso la guinda a una década en la que el Baskonia se ha convertido en un grande del baloncesto por méritos propios. Diez años, los diez últimos, de un imparable crecimiento para un club que ha pasado de ser matagigantes a ser uno más entre la élite a la vez que engordaba sus vitrinas con grandiosas victorias jalonadas por no menos dolorosas derrotas. Sin lugar a dudas, una década prodigiosa en azul y grana.

Temporada 2000-01. Todo empezó en Atenas

Tras conseguir la clasificación para la segunda Euroliga de su historia en unos trepidantes cuartos de final contra el Caja San Fernando, la nueva década empezó para el Baskonia, por entonces TAU Cerámica, con muchas novedades. Una de ellas, la más relevante, fue el desembarco de Dusko Ivanovic en su banquillo. En el montenegrino encontró Josean Querejeta la pieza que le faltaba para convertir a su equipo en un aspirante a la gloria tras años llamando con insistencia a las puertas del éxito.

La leyenda del Baskonia comienza a escribirse con letras de oro en esa Euroliga de la ruptura auspiciada por la ULEB. El conjunto azulgrana firmó en Atenas unas actuaciones teñidas de épica para dejar en el camino a Peristeri, Olympiakos y AEK antes de plantarse en la gran final contra el Kinder de Bolonia.

Los Bennett, Corchiani, Foirest, Stombergas, Timinskas, Scola, Oberto y Alexander conformaron un bloque granítico y a las órdenes de Ivanovic superaron todas las adversidades para firmar una temporada memorable a la que sólo le faltó el colofón del título, que sólo se resistió, y tras cinco partidos, por el potencial de un Kinder que hubo de sudar sangre para superar a la esforzada tropa de Ivanovic.

Temporada 2001-02. El mítico doblete

En la segunda campaña de Ivanovic en el banquillo baskonista, el TAU firmó la que aún puede considerarse como la mejor temporada de su historia y en la que sólo un horrendo partido en el Buesa Arena contra el Maccabi impidió al conjunto vitoriano disputar la primera Final Four de su historia.

La desazón causada por no haber conseguido ese objetivo quedó compensada, con creces, por los dos títulos conquistados a lo largo de dicho curso. Amparados por su público, al que habían defraudado dos años antes, los Bennett, Corchiani, Foirest, Vidal, Sconochini, Nocioni, Scola, Oberto y Tomasevic rompieron el maleficio del anfitrión y conquistaron la tercera Copa del Rey en la historia del club.

Con una defensa aguerrida, una fiereza espectacular y una impronta muy reconocible, Ivanovic encontró la horma de su zapato en una plantilla que, como él, tenía en el triunfo su única meta. La culminación llegó con el primer título liguero en la historia de un Baskonia que, definitivamente, se hizo grande. Tras eliminar al Barcelona en semifinales, la gran final contra el Unicaja supuso el triunfo de un conjunto capaz de superar en el apartado mental a todos sus oponentes y hacer valer la calidad de un equipo irrepetible.

Temporada 2002-03. Otra final, pese a todo

Las fugas de varias estrellas tras el doblete dio paso a una apuesta clara por los tres principales jóvenes valores del club: Scola, Nocioni y Calderón. El principal problema es que estas tres futuras estrellas no se vieron acompañadas sobre la cancha por un equipo que sufrió muchísimos problemas de lesiones a lo largo de toda la temporada, sobre todo un Bennett llamado a ejercer de referente y que apenas pudo brillar por culpa de sus problemas físicos.

El carrusel de cambios que se produjo en la plantilla y las importantes bajas que se sucedieron fueron un lastre para un club que, entre tanto infortunio, tuvo ocasión de clavar su particular pica en Flandes y lo hizo en su torneo favorito. En la Copa de Valencia, y con un equipo de circunstancias, Ivanovic y sus pupilos ofrecieron una auténtica demostración de pundonor y carácter para alcanzar la final y plantar cara hasta la prórroga a un Barcelona que acabaría conquistando el triplete.

Temporada 2003-04. Un baloncesto espectacular

Posiblemente, a lo largo de esta temporada el Baskonia jugó el mejor baloncesto de su historia. Ivanovic consiguió ensamblar a la perfección un equipo que contaba con un tremendo poderío anotador. A los Nocioni, Scola, Calderón y un cada vez más importante Vidal se unieron las llegadas de Macijauskas, Kornel David, Prigioni y Betts, además de la aparición en el primer equipo de un imberbe brasileño, Tiago Splitter.

El TAU arrasó durante media temporada y se llevó de calle su cuarta Copa en Sevilla. A punto estuvo de caer la primera presencia en la Final Four, pero un pernicioso arbitraje perpetrado por Pitsilkas en la visita al CSKA dejó al equipo de Ivanovic con la miel en los labios.

Siendo el gran favorito al título liguero, el conjunto vitoriano se desinfló en el tramo final de la temporada por culpa de unas lesiones que descompusieron los esquemas del montenegrino.

Temporada 2004-05. Y, por fin, la "Final Four"

Al Baskonia le quedaba un gran sueño por cumplir y lo consiguió, por fin, en la presente temporada. Tras haberse hecho un hueco entre la élite de la ACB y haberse quedado a las puertas de la gloria en la primera edición de la Euroliga, el reto de estar en una Final Four comenzaba a ser una obsesión. La marcha de Nocioni a la NBA no supuso una merma en el nivel de un equipo que accedió a la gran cita continental tras superar el factor cancha en contra ante el Benetton con una maravillosa exhibición de Scola en Treviso.

Una vez en Moscú, el TAU no quiso ser convidado de piedra y devolvió la afrenta al CSKA. El aldabonazo estaba dado, pero en la final el Maccabi impuso la lógica ante un Baskonia que había vuelto a engrandecer su historia.

Por desgracia, la que podía haber sido una nueva temporada perfecta se cerró de la peor manera posible cuando en el quinto partido de la final en el Buesa Arena todo el baskonismo celebraba la consecución de la segunda Liga, cuarenta segundos infames culminaron con el Herrerazo que rompió los corazones azulgranas para sumirlos en un estado catatónico que costó superar.

Temporada 2005-06. Sin lugar a la transición

Tras cinco temporadas en el banquillo vitoriano, Dusko Ivanovic buscó nuevos retos deportivos en el Barcelona -Macijauskas y Calderón se fueron a la NBA- y el Baskonia apostó por Pedro Martínez. Como le ocurrió en su momento a Salva Maldonado, no encajó en la filosofía del club y a pesar de que los resultados no fueron malos -conquistó la Supercopa- fue destituido.

Asumió entonces los mandos del equipo una auténtica leyenda del Baskonia, Velimir Perasovic, quien demostró conocer a la perfección la filosofía del club y aplicó unas doctrinas bien conocidas y propias de la escuela balcánica.

El TAU arrasó de nuevo en la Copa, la quinta, y volvió a presentarse en una Final Four con otra fenomenal exhibición a domicilio, de nuevo en Atenas y esta vez contra el Panathinaikos. En la gran cita continental cayó en semifinales y tampoco pudo con el Unicaja en una nueva final de Liga saldada con derrota.

Temporada 2006-07. Demasiada inestabilidad

La campaña arrancó con la marcha de Scola a la NBA, con Perasovic en el banquillo y con una nueva Supercopa en el bolsillo. Pese a que los resultados fueron buenos, la confianza en el técnico croata va desapareciendo y una enfermedad nerviosa le deja fuera del equipo tras la disputa de la Copa. En ese momento, el hasta entonces segundo entrenador, Natxo Lezkano, coge los mandos del equipo y lo saca adelante conquistando importantes victorias con el juego más vistoso de la temporada. Pese a este crecimiento, el club apuesta por contratar un técnico prestigioso y veterano para afrontar el asalto definitivo a la Euroliga. Con esa impronta aterriza el legendario Bozidar Maljkovic, pero el laureado técnico no consigue sacar partido de una gran plantilla que alcanzó su tercera Final Four consecutiva.

Temporada 2007-08. La Liga de los líos

Scola decidió dar el salto a la NBA y Querejeta apostó por confeccionar una plantilla de tronío, quizá la mejor de toda la historia del club, que puso en manos de un técnico como Neven Spahija que llegaba avalado por una excelente trayectoria.

Tras la conquista de la tercera Supercopa, los constantes altibajos en el rendimiento del equipo, con algunas bochornosas derrotas en casa, y la multitud de problemas extradeportivos que protagonizó la plantilla pusieron a Spahija en una picota de la que se libró por poco. Caer en casa en la final de la Copa contra el Joventut no supuso un varapalo para un equipo que consiguió presentarse por cuarta vez consecutiva en una Final Four, pero el momento culminante de la temporada llegó en forma de la conquista del segundo título liguero. El TAU se conjuró en los play off para firmar unas épicas eliminatorias que le condujeron al entorchado de la ACB tras superar en la final al Barcelona.

Temporada 2008-09. Ivanovic vuelve a casa

Los excelentes resultados no le sirvieron a Spahija para continuar en el club. Ivanovic regresó a Vitoria cual hijo pródigo para volver a asumir los mandos de una nave baskonista que conservó buena parte de la estructura de la anterior y exitosa campaña. La mano del montenegrino se notó desde el inicio con la conquista de la cuarta Supercopa consecutiva, un arranque de Liga espectacular con un juego aplastante y un nuevo entorchado copero, el sexto. A partir de ahí, la plantilla fue bajando su nivel y se encontró delante con un Barcelona que le impidió acceder a la Final Four y que también fue un rival insuperable en la final liguera.

Temporada 2009-10. La Liga sorprendente

La revolución volvió a instalarse en el seno de un Baskonia que el pasado verano incluso cambió de patrocinador. De TAU a Caja Laboral y de una plantilla de campanillas a una apuesta por la juventud, obligada también por una sustancial rebaja en el presupuesto. Jugadores vitales en los últimos años gloriosos como Prigioni, Vidal, Rakocevic, Mickeal o McDonald abandonaron la disciplina azulgrana.

Por si todo esto fuera poco, las lesiones lastraron desde el arranque liguero a un equipo que, pese a ello, supo sobreponerse a todos los varapalos de un curso en el que, definitivamente, Splitter se erigió con el gran referente. Las decepciones vividas en la Copa y en la Euroliga y todas las dudas generadas por el equipo a lo largo de todo el curso quedan disipadas con un play off final en el que el Caja Laboral ha sido capaz de tumbar al que puede ser el mejor equipo europeo de la historia.

Una defensa asfixiante y un trabajo en bloque han sido las claves del éxito de un Baskonia que, una vez más, ha dado un golpe encima de la mesa en el momento más inesperado para culminar una década prodigiosa que se cierra con tres Ligas, cuatro Copas del Rey, cuatro Supercopa, dos finales de la Euroliga y cuatro presencias en la Final Four. Este verano, de nuevo, tocará una obligada reconstrucción, pero el Baskonia ha demostrado ser un equipo eterno.