El Caja Laboral vivió ayer un aciago día en Vistalegre. Por ende, casi nadie sobresalió en el aspecto individual. Ni siquiera Tiago Splitter llegó a completar una de sus habituales sublimes actuaciones por mucho que acumulara una excelente valoración de 31 puntos. El dominio de Tomic en la zona restó brillantez a su trabajo, aunque a la postre el brasileño sostuvo al equipo durante muchos minutos. Eso sí, sus dos faltas en los compases iniciales hicieron un flaco favor a los intereses alaveses. Saliendo desde el banquillo en detrimento de un desquiciado Teletovic, Lior Eliyahu representó la otra fuente de alegría. Si bien el israelí dejó patentes sus limitaciones defensivas y perdió la batalla física ante pívots más rocosos como Reyes o Lavrinovic, al menos exhibió su innata facilidad para anotar. Con ese peculiar y extraño tiro del que hace gala, firmó acciones de mérito en el segundo cuarto. Con el paso de los minutos, como el equipo en general, también perdió fuelle y quedó maniatado por la pegajosa defensa merengue. Para el resto de integrantes de Ivanovic, una velada de infausto recuerdo.
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