El ala-pívot del Baskonia fue sin ninguna duda el gran protagonista del partido ante el Khimki. No solo por sus 25 puntos, sino por su rocambolesca retención en la aduana rusa durante siete horas. "Ha sido una experiencia diferente. Te detienen, te preguntan cosas y no te dejan hablar con nadie. Pero eso me ha dado una motivación especial. La pena es la mala suerte que hemos tenido al final", lamentó el jugador bosnio.
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