vitoria. Surrealista, esperpéntico y, hasta cierto punto, intolerable. Que en pleno siglo XXI todavía sucedan episodios tragicómicos como el vivido por Mirza Teletovic al llegar el pasado miércoles al aeropuerto de Sheremétievo obliga a reflexionar a más de uno. El Baskonia criticó ayer con extrema dureza "el trato vejatorio" sufrido por el cuatro bosnio, que debió soportar siete interminables horas en una sala "en unas condiciones lamentables" por culpa de la torpeza de las autoridades encargadas de velar por el control de los pasaportes.

Mientras el resto de miembros que conformaba la expedición baskonista finalizaba tras dos horas de espera los engorrosos trámites burocráticos para acceder al país moscovita, Teletovic sufrió una odisea que no olvidará jamás en su vida. El interior balcánico, que no precisaba un visado especial por ser ciudadano bosnio, presentó en el control pertinente la misma documentación que había llevado en viajes anteriores. Sin ir más lejos, hace un mes con motivo del partido que clausuró la primera fase ante el CSKA. Es decir, cuatro cartas de invitación del Khimki, del hotel donde se alojó el equipo, de la agencia de viajes y, por último, de la Embajada rusa en Madrid, que le eximía de portar un visado.

La nula colaboración de las autoridades moscovitas hicieron inútiles todos los esfuerzos del Caja Laboral, encabezado por Félix Fernández, para solucionar el problema. Teletovic fue invitado a entrar en una sala, rodeado de otras personas en similares circunstancias, e inclusive con alguna esposada. Al team manager azulgrana ni siquiera se le permitió en ningún momento tener contacto con el jugador, que en el colmo de los despropósitos fue amenazado con ser devuelto en un vuelo a Madrid.