bilbao. De ser duda casi hasta última hora a liderar a su equipo hacia la semifinal. El Power Electronics Valencia se impuso a un bravo Estudiantes en un apretado final en el que Rafa Martínez demostró por qué su equipo le necesita tanto. Si en el último compromiso liguero ante el Baskonia el cuadro valenciano se vino abajo en el tramo final, echando por tierra el gran trabajo realizado durante 35 minutos en el Buesa Arena, ayer las tornas cambiaron radicalmente gracias a la intervención del escolta catalán. Donde Nando de Colo erró, Rafa Martínez supo encontrar la tecla adecuada para anotar una de las canastas más decisivas de su carrera deportiva.
"Ha sido un partido muy duro, pero así es la Copa. Hemos aprovechado las oportunidades que hemos tenido para abrir el marcador y eso ha hecho que llegáramos a ese final tan apretado en el marcador", explicó ayer henchido de satisfacción el jugador del conjunto levantino. Ante el Caja Laboral, un robo de Pau Ribas a De Colo y la posterior canasta del base azulgrana finiquitó el partido. Ayer, una gran penetración bajo una tormenta de manos llevó a Martínez a anotar una canasta marcada por una cierta polémica, al ser barrida por el Estudiantes antes de entrar.
Pero, mientras Neven Spahija se desgañitaba gritando a los árbitros para que concedieran como válidos los puntos, el dos taronja sonreía consciente de que el triunfo y el billete para la semifinal estaba a sólo unos milímetros de distancia.
"Tenía muchas ganas de jugar esta competición. No sabía si iba a llegar, pero gracias al trabajo de los médicos y fisios he podido jugar", se congratuló el decisivo tirador del Power Electronics Valencia. Una última posesión del Estudiantes pudo empujar el partido a la prórroga, pero Oliver falló una canasta en una posición imposible y la bocina puso punto final a un duelo en el que Spahija pudo resarcirse de los errores que hace unos días le condenaron en una situación prácticamente similar.