Vitoria. Mientras todo el mundo cuenta las horas para que el balón de la Copa del Rey se ponga en juego, Dusko Ivanovic apura el tiempo para entrenar con el mayor número de efectivos posibles y preparar un derbi contra el Bizkaia Bilbao Basket que se antoja disputado y vibrante. En principio, y salvo sorpresa de proporciones mastodónticas, el entrenador montenegrino dispondrá de toda su plantilla al completo para intentar revalidar el título de la última edición.
Los hombres tocados se mostraron ayer dispuestos a estrujar su físico hasta la extenuación para ayudar al equipo azulgrana, y es obvio que a ningún jugador que se precie se le pasaría por la cabeza perderse una competición como la Copa. Aunque tengan que jugar con el brazo izquierdo roto.
Eso sí, a escasos días del choque de cuartos de final, tanto Tiago Splitter como Lior Eliyahu se quedaron fuera del grupo tanto en la sesión matutina como la vespertina. Ambos continuaron con sus tratamientos individuales para tratar sus respectivos problemas físicos, por lo que, cuando llegó la hora de atender a los medios de comunicación en la habitual jornada de puertas abiertas previa a la Copa, los dos pívots azulgranas eran los únicos que faltaban para posar en la foto de familia. De cualquier forma, desde el conjunto baskonista confían en que ambos puedan ejercitarse, al menos parcialmente, con el grupo antes de encarar el debut copero.
En los treinta minutos que permanecieron sobre el parqué del Buesa Arena, los jugadores del Caja Laboral demostraron que el ambiente que reina en el vestuario es realmente cordial, y no se ha visto nada afectado por la frustrante derrota frente al Khimki o el mal momento de juego que atraviesa el cuadro alavés. De hecho, un pequeño grupo formado por English, Barac o Teletovic quisieron poner pies en polvorosa antes de finalizar el encuentro con los medios escabulléndose cual Solid Snake por un lateral, pero la intervención de Alfonso Churruca, relaciones externas del Baskonia acabó con el intento de improvisada fuga de Alcatraz.