Vitoria. Un halo de incertidumbre se avecina sobre Sean Singletary, la figura más controvertida de la actual nómina azulgrana. Sin querer alzar la voz en exceso pero pronunciando alguna frase misteriosa que desata todo tipo de especulaciones, el agente del base estadounidense acaba de lanzar un órdago al Baskonia y dejar traslucir el descontento de su jugador debido a los pocos minutos de que dispone en la capital alavesa a las órdenes de Ivanovic.
"Su futuro es algo que tenemos que decidir entre todos en breve", valoró ayer su apoderado en declaraciones a este periódico. Es decir, no dio validez de ninguna manera al contrato suscrito entre ambas partes hasta junio. Las razones de su descontento saltan a la vista y no sorprenden a nadie. "Evidentemente, Sean no se encuentra cómodo con su situación y con lo poco que juega", añadió sin tapujos.
Desde que el club comunicara su continuidad hace unas semanas hasta el final de la temporada, justo al día siguiente de una sensacional actuación en Moscú que disipó las últimas dudas tanto de Ivanovic como de los rectores azulgranas, el protagonismo de Singletary ha caído en picado. Hasta el punto de que todos los implicados se están replanteando una situación que no interesa a nadie.
Ese rol testimonial ensombrece su continuidad en Vitoria, más si se tiene en cuenta que Oleson ya está recuperado y la superpoblación de efectivos en el perímetro le deja menos margen de maniobra para ganarse el puesto. En este sentido, la polivalencia de Ribas juega en contra de un Singletary que no está colmando las expectativas.
El preparador montenegrino le ha dado numerosos votos de confianza, pero el norteamericano continúa sin responder. Lejos de emitir algún atisbo de reacción, disfruta día a día de un papel cada vez más paupérrimo en la dirección de juego. Sin ir más lejos, el uno de Filadelfia no actuó ningún segundo por decisión técnica en la victoria ante el Meridiano, disputó menos de cuatro minutos en el primer cuarto frente al Olympiacos, apenas uno y medio la semana siguiente ante la Cibona y el domingo en Santiago salió de inicio para abandonar la pista transcurrido el cuarto minuto y no regresar más.