además de la agónica victoria final, el Caja Laboral se llevó otra gran alegría de su visita a tierras compostelanas. Y es que Brad Oleson, una de las víctimas del vestuario baskonista en forma de lesiones, justificó que ya está de vuelta con una actuación que invita al optimismo.
Tuvo que ser otro contratiempo de última hora como la gastroenteritis de English lo que permitiera atisbar su mejor versión de la actual temporada, donde hasta ahora había convivido con un dolor insoportable en el tobillo. El de Alaska disputó finalmente 19 minutos, muchos más de los esperados antes del salto inicial, en parte porque Ivanovic no disponía de más efectivos en una cuerda exterior golpeada por la baja del canadiense y la imposibilidad de que Dean juegue en la ACB.
Oleson rayó a un buen nivel y fue uno de los culpables de que el Baskonia viviera en un paraíso hasta el minuto 23 de partido, momento en que como todo el equipo su rendimiento descendió varios enteros y no fue capaz de amortiguar la imparable caída baskonista hasta los infiernos. El estadounidense exhibió su buena muñeca en los momentos críticos. En varios finales de posesión, acribilló la buena defensa del Xacobeo a base de triples.
Sin embargo, lo mejor fue comprobar cómo su lesión ha quedado definitivamente atrás. No dejó ningún rastro de sus secuelas físicas, se le vio saltar y correr sin problemas, perseguir como un poseso para achuchar a su par en defensa y, sobre todo, ejecutar sin ninguna clase de problema esas suspensiones célebres con las que saltó a la fama en las filas del Fuenlabrada.
El de ayer también fue un partido muy emotivo para el jugador baskonista, ya que regresó a la tierra donde dio sus primeros pinitos en la Liga ACB, en concreto el Rosalía de Castro. Si bien existían dudas acerca de cómo sería recibido, lo cierto es que al final el público gallego le acogió con cordialidad y en el transcurso de su presentación infinidad de aplausos retumbaron en el Multiusos Fontes do Sar. Con el tramo caliente de la competición a la vuelta de la esquina, uno de los fichajes estelares de Josean Querejeta para el nuevo proyecto vitoriano ya emite señales positivas y genera confianza.