A menudo, los gasteiztarras dejan avisos en el Buzón Ciudadano denunciando coches abandonados en Vitoria, vehículos que, pasado un tiempo, custodian en dependencias municipales antes de su destrucción en los desguaces.

Así, la Policía Local, por ejemplo, entregó el pasado año 810 vehículos, algo más de los 641 llevados el año anterior. La mayoría han sido bicicletas (676) y turismos (116), además de diez motos, cinco furgonetas, dos autobuses y camiones, y un todoterreno. Explica el Ayuntamiento que estos datos no implican que el año pasado se retiraran esos 810 vehículos de las calles sino que son los que salieron del depósito municipal de Agirrelanda hacia los centros autorizados de tratamiento (CAT), ya que en las dependencias de la guardia urbana pueden estar almacenados mucho tiempo, incluso años.

Los centros autorizados de tratamiento de vehículos, antiguos desguaces, son las instalaciones encargadas de recibir los vehículos de motor al final de su vida útil y tramitar la baja definitiva del registro de Tráfico. Una vez realizado este trámite, los coches comienzan una larga fase de tratamiento. Según Sigrauto, la asociación para el tratamiento medioambiental de los vehículos fuera de uso, lo primero es descontaminarlos, extrayendo y almacenando todos los fluidos y elementos peligrosos.

Posteriormente, se retiran otros materiales aptos para ser reciclados y, por último, el desguace prepara para la reutilización las piezas y componentes susceptibles de ello.

largo proceso

Una vez descontaminados y desmontados, los vehículos pasan por las instalaciones de fragmentación, plantas en las que se trituran materiales hasta obtener al menos tres tipos: fracción férrica, fracción ligera de fragmentación y fracción pesada de fragmentación. Por último, en las instalaciones de postfragmentación, las menos conocidas, se procesan todas las partes que antes no ha sido posible aprovechar.

Normalmente se obtienen, por un lado, metales no férricos (aluminio, cobre, etc.) que luego se envían a plantas de siderurgia y, por otro lado, otras fracciones de materiales no metálicos que se reciclan o se valorizan energéticamente dependiendo de sus características.